Arte Sacro
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160 años de Novena al Señor de Pasión. Pedro Dominguez


 Arte Sacro. Aprovechando que hoy es la función principal y por última vez en la iglesia de las Misericordias, queremos poner especial atención a este culto, pues en este 2008 se cumplen 160 desde que, por primera vez, en 1848 se celebrase en la desaparecida iglesia de san Miguel una novena en honor del Señor, que anualmente se ha mantenido como uno de los cultos principales de la Archicofradía. La hermandad casi acababa de llegar allí desde san Vicente, donde unos hermanos -entre los que se encontraba el insigne historiador José Bermejo Carballo- la reorganizaron en 1841 después de que la invasión francesa desconsagrase y exclaustrase el convento de la Merced. Poco a poco, la hermandad iba recuperando el esplendor que les había robado el destino: unos hermanos adquirieron la antigua dolorosa que fue sustituida en 1966 por la de Sebastián Santos; las imágenes ocupaban la capilla de san José de este templo, lugar donde estaba enterrado el escritor utrerano Rodrigo Caro; la Reina Isabel II concedió licencia real para que los nazarenos luciesen túnicas moradas en lugar de las tradicionales blancas...

Y en ese contexto, la hermandad decidió establecer su función principal coincidiendo con la festividad del Dulce Nombre de Jesús, en la segunda dominica después de la Epifanía, y celebrar como preparación una novena que se iniciaba el viernes siguiente de dicha festividad. Así se ha venido conservando hasta nuestros días, con la salvedad de que lo que celebramos actualmente no es función principal sino solemne, ya que la fiesta principal de la Archicofradía es la que se celebra en la pascua de Pentecostés, desde que en 1918 la hermandad se fusionase con la Sacramental del Salvador, y en sus bases de fusión se estableciese tal concreción. Sin embargo, los hermanos realizamos en este día la protestación de fe, algo que se conserva como testimonio de lo que en un principio significó para la hermandad -sin fusionar- ese día.

 Carácter Sacramental de los cultos

El carácter sacramental de la hermandad también tuvo, desde sus orígenes, su reflejo en la novena. También desde 1848, se viene celebrando los días 13, 14 y 15 de enero el Jubileo Circular de las 40 horas asignado a la hermandad sacramental. Los cultos de novena se han mantenido prácticamente inalterados en su estructura: exposición eucarística, con bendición solemne y reserva, y celebración de la santa misa. Desde los años 60, coincidiendo con las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II, el hermano benemérito y director espiritual perpetuo de la Archicofradía, el Rvdo. Padre D. José Manuel Benítez Carrasco, adaptó la liturgia del culto a las nuevas directrices vaticanas y escribió las preces letánicas de novena que se rezan anualmente antes de la consagración eucarística, y que toman el verso de la oración de san Ignacio de Loyola, "Pasión de Cristo, confórtanos", como petición de los hermanos a su sagrado titular, que contemplamos, a través de tan bella oración, los rastros de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en la imagen que esculpiera Martínez Montañés. Los cultos concluyen en la actualidad con la procesión eucarística claustral, el día anterior a la función.

Cultos revestidos de solemnidad

Como gran solemnidad de la Archicofradía, para estos cultos de novena se compusieron, por Joaquín Turina en 1901 la conocida Plegaria a Nuestro Padre Jesús de la Pasión que se interpreta anualmente desde entonces. Pero no es el único patrimonio musical con el que cuenta la Archicofradía para revestir estos días tan importantes. Ya que la misa de novena finaliza con el canto del Christus Factus Est al Señor, la partitura más antigua que se conserva en el archivo es un Christus Factus Est, escrito por Hilarión Eslava en 1825. El hermano y prolífico compositor Manuel Noriega y Vázquez legó tres coplas a la Hermandad de Pasión, estrenadas en las novenas de 1851 -con texto de José Velázquez y Sánchez-, 1853 -con letra del propio Noriega- y 1882 -con el texto reaprovechado de las anteriores-, además de un Christus Factus Est de 1856. Notables fueron las coplas compuestas por los organistas Buenaventura Iñiguez en 1872 y por Norberto Almandoz en 1929, estas últimas con letra de José Muñóz San Román. Lugar destacadísimo ocupa también la misa a Nuestro Padre Jesús de la Pasión, para tenor solista y tenores 1º y 2º, bajos y orquesta, que data de 1913 compuesta por Joaquín Turina.

Fotos: Francisco Santiago










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