Alberto Gallardo tocó de nuevo un martillo

Daniel García Acevedo. El pasado sábado 3 de mayo, el capataz Alberto Gallardo y su esposa se dirigían a la Catedral para escuchar el pregón de glorias que su hija Irene pronunciaría un rato más tarde.

En el camino y por la calle Arfe se encontró con el paso de San José de la Montaña y procedió a verlo.

El capataz de este paso, Sergio Mauriño, se dio cuenta de que allí estaba el maestro de capataces, que hace un par de años dejó el martillo de la Virgen de las Angustias de los Gitanos, y le invitó a que diera la levantá.

Alberto se dirigió a los costaleros con palabras de cariño, como es habitual en él, e hizo la llamá oportuna. El paso se levantó con más fuerza, si cabe, que en anteriores levantas.

Unos metros más adelante me encontré con Alberto que me refirió este suceso con mucha felicidad y gratitud hacia el capataz. Desde luego, que humildad la de este hombre. Ya sabemos a quien ha salido su hija.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo.