Opinión. Hermandades de Penitencia versus Glorias. Francisco Santiago
Como muchos de ustedes saben o al menos deben de saber mi relación con las hermandades de gloria de Sevilla es muy intensa desde los albores de mi paso virtual por internet donde me establecí desde 1998.
En todas las versiones de páginas webs que he realizado he tenido siempre una amplia y comprometida relación con estas hermandades a veces no tan intensa como ellas hubieran querido y en otras no tan intensas como yo mismo hubiera querido.
Algunos pensarán que mi interés va más allá de las convicciones y que me muevo por medio de terceros que manipulan los hilos cual marioneta pero nada más lejos de la realidad. Yo personalmente contacté para realizar las entrevistas a los hermanos mayores apoyándome en Andrés Martín al estar implicado en todos y cada uno de los pormenores de las Glorias.
Igualmente en las dos últimas ediciones de la Guía de Glorias que edita el Consejo he colaborado gráficamente al igual que con la web del Consejo lo que implica acercamiento a estas hermandades no solo a escala virtual sino también a un nivel más que Real.
También recordarán que me implique en dar a conocer hermandades que por su precariedad y falta de ayuda estaban casi condenadas a desaparecer y me remito al caso de las Hermandades de Gloria de Nuestra Sra. de la Antigua del Salvador cuyos ínfimos ingresos destinan a la ayuda a Conventos de Clausura. ¿Algún pleno de penitencia o general se ha acordado de ella? ¿Alguien se ha implicado en conocer a los dos hermanos que quedan de la Hermandad de San Hermenegildo dedicada intensamente al culto al Santísimo por medio de la Adoración Nocturna?
El caso es que sigo “en el ajo” y sigo denotando ese halo de pesimismo y de colateralidad que tienen las hermandades de Gloria en el Consejo. Por si no entienden bien les diré que colateral si hablamos de una familia es el pariente que no lo es por línea recta. En términos populares digamos que es el “pariente lejano”.
Pues eso es lo que parecen las hermandades de Gloria (de las Sacramentales ni hablamos) los parientes lejanos dentro de nuestras Hermandades y Cofradías que representa el Consejo. Al menos esa es la sensación general que estoy sintiendo desde que se planteara en Arte Sacro el dar a estas corporaciones la importancia interés y sitio que les corresponde históricamente.
Quizás todos deberíamos por un momento dejar de mirarnos el bolsillo y por una vez actuar tal y como se tiene que hacer recordando que el término “hermandad” y las Reglas que al vocablo se aplican llevan de una forma muy singular e importante otro vocablo casi extinguido y que apenas se reconoce en algunas diputaciones como es el caso de la “caridad”.