Opinión. Si bene locutus sum cur me caedis
Ya vienen las savias nuevas a quienes legaremos aquello que un día nuestros mayores nos legaron, ya hay quienes buscan la esclavina azul con la cruz trinitaria, terciopelo de retales de una restauración de hace ya treinta y cinco años, la vida pasa, pero ellos permanecen, con la ilusión de la primera vez, y fíjate que en esta mañana correrán por la plaza, como tú también correteases, con la medalla con el cordón rojo y azul al cuello, mientras del interior de la Parroquia salían, como hoy, las solemnes notas de los violines y la viola de la capilla musical que dirigía Luis Lerate, con su violín y su pañuelito blanco al cuello, ellos habrán de beber el mismo agua, de la misma pila, de la que tu bebiste de la mano de Curro, ellos habrán de escuchar hablar de esa Hermandad que tu viviste en tu infancia, esa de la que nunca olvidarás a Enrique o a D. Manuel Filpo.
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