Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • lunes, 29 de abril de 2024
  • faltan 349 días para el Domingo de Ramos

Necesitados de Esperanza. Alberto de Faria Serrano


 Para quién anda sumido en el desencanto. Para quién el día a día se le hace cuesta arriba y se deja vencer por el desaliento. Para todo aquél que se sumerge en un mar de quebrantos y lágrimas, emerge esta semana la Esperanza. Seres pecadores. Seres inacabados. Seres incompletos e insatisfechos, sentimos a menudo la necesidad de la Esperanza; Mas allá del silogismo que comprende la idea de la utopía o de la aspiración a un más allá demasiado lejano, en todas las culturas el hombre percibe próximo el horizonte nada imposible que siempre invita a andar. A moverse y a luchar por ella. Por la Esperanza.

La fe, por ejemplo, sí mantiene encendida la antorcha de la Esperanza, pero una fe que es apoyo en el Dios que viene a la historia como el novio del evangelio. No la fe sólo en un Dios del más allá alejado del hombre y sus problemas. Si no la propia convicción del hombre en su propio valor para alcanzar lo que se proponga. Tampoco en un Dios del intimismo espiritualista, ensimismado en sus debilidades y desprovisto de fortaleza que nos encerraría en la autosatisfacción o en la autodestrucción individual.

 Dios viene y podemos esperarle, como un novio a la boda, con la alegría de la Esperanza; con la ilusión de quien comienza una vida llena de proyectos; con la audacia de quien se arriesga a una aventura difícil pero bella. Hoy a uno y otro lado del río, entronizamos la Esperanza porque es signo de nuestro compromiso con nuestros semejantes y con nuestras creencias, para empezar precisamente con la fe en nosotros mismos. Esta semana la Esperanza es el Arco ensoñador por el que ha de traspasar la Alianza del presente y del futuro: Esta Semana la Esperanza es el Altozano majestuoso que encumbra todo lo bueno que brota del interior de nosotros mismos, de nuestro corazón Esta semana Arco y Altozano  son el símbolo inconfundible de la Pureza y el Reflejo de la Esperanza. Dios es promesa y donación de esa Esperanza a la que nos encomendamos; promete y da; anima y lucha; motiva y hace posible lo imposible. Dios es propiamente la Espera. A través de su Madre, esta semana hace posible que anhelemos otra Madrugá, repleta y desbordada de Esperanza.

Fotos: Eduardo Fdez. López y Juan Alberto García Acevedo. 










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.