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De Pilatos a Luz Interior, 2000 años de información Cofradiera. Francisco Santiago


Como ya dejara entrever Eduardo del Rey Tirado en su artículo “Pregunta Pilatos”, del Boletín de las Cofradías de Sevilla del mes de marzo de 2000, quizás el periodismo cofrade surgiera en el momento en que Poncio Pilatos se encuentra frente a frente con Jesús. 

¿Qué es la verdad?. Una pregunta que no fue respondida y que ha perdurado hasta nuestros días en forma de artículos de opinión o breviarios informativos en la prensa dominical o constantemente en internet.

Esta prensa de color Ruán, tantas veces comparada con el amarillismo informativo (nada que ver con el rosa), en pocas ocasiones surge de la invención periodística, más bien es el resultado de contar las cosas en el sitio menos oportuno para guardar un secreto, como puede ser la barra de un bar. 

El hecho de usar un “apodo” en vez de un nombre es lo de menos, les aseguramos que los bulos y tonterías más grandes sobre nuestras cofradías se han escrito con nombres propios concretos. Igualmente las “predicciones visionarias” de los que visten el antifaz de forma perenne, en pocas ocasiones describen algo inexistente, aunque lo expuesto sea difícil de demostrar al hablarse de futuro. 

¿Dónde está la verdad?. Cuando una información traspasa el recinto de reunión de un cabildo de oficiales, al instante se transforma en un tríptico de opiniones. Por un lado está la versión oficial, por el otro la versión no oficial y luego la que llega al medio de comunicación, pero siempre desde el propio cabildo o junta que la ha filtrado. 

La parte oficial jamás dirá “esa boca es mía” y buscará el topo infiltrado en su (in)estable organigrama; por otro lado la no oficial, camuflada de oposición, sellará sus labios y mirará hacia otro lado, eludiendo posibles dedos que le puedan señalar. Y lo que queda para la posteridad, sobre todo en la prensa escrita, es el papel con el contenido del hecho concreto que no se debía dar a conocer. 

Esa oposición que he expresado no tiene por qué ser tal, simplemente puede venir de alguien que, ante el orgullo de saberse conocedor de un acto o evento importante en su Hermandad, necesita comentarlo y darlo a conocer a todos, porque ¿qué mayor alegría que todo el mundo sepa lo bien que lo estamos o que lo vamos a hacer? 

Lo que ocurre es que donde hay agua, otros buscan el lodo, donde hay café, algunos buscan los posos y donde hay una información, siempre hay varios puntos de vista totalmente enmarcados en distintos planos, objetivos e intereses. 

Y es que nuestras hermandades cada vez son con más asiduidad, plataformas personales donde se dan cita los egos. Aquellos grupos de amigos movidos por una devoción o por la Religiosidad Popular , hoy han desvariado en grupos nada homogéneos y llenos de intereses particulares. 

En muchas ocasiones la información transmitida no tiene el resultado esperado, porque no se ha expresado con la claridad que el tema necesitaba, porque no se ha contado todo lo que había que contar o porque simplemente hemos confiado en la fuente sin ver si el río fluía con mayor o menor cauce, pero siempre contando que el mismo “suena” y que agua lleva, como dice el popular refrán. 

La Información cofrade se convierte en multitud de ocasiones en un cúmulo de intereses, donde el filtrado de noticias se hace no por el mero hecho de dar a conocer algo, sino más bien por enjuiciar la labor de personas determinadas, ya sea para bien o para mal.

Pero no hay que llevarse las manos a la cabeza, esto ocurre tanto en las Asociaciones seglares como en los campos mitrales, porque no hay que olvidar que todo esto no deja de ser una lucha interna entre el escepticismo y la mística, ambos casos relativos al propio ser humano. 

Y no hay que ser demasiado ávido ni locuaz para darse cuenta de la división e incluso de la fijación de los propios medios de comunicación, donde una misma noticia tiene diferentes argumentos y versiones según el periodista o el “color” del medio. Quizás nos estén juzgando de “indiscretos”, pero la discreción y la verdad pueden ir paralelamente sin tener por ello que bajar la mirada, aunque se discrepe en las formas empleadas.

De la entrevista de Pilatos a la actualidad mediática ha pasado cerca de dos mil años y aunque entonces ya había sectores de población encontrados, como ocurre hoy en día, la búsqueda de la verdad sigue ahí, ya sea con nombres propios o por medio de seudónimos pero... ¿cuál es la verdad? ¿La de los medios, la de las partes encontradas, la que interesa a unos pocos o la de todos ellos al unísono?

Seguiremos buscándola desde el nombre propio o el seudónimo, porque creemos y confiamos en la libertad de expresión, aunque todos conocemos que Jesucristo fue crucificado precisamente por eso.










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