El descanso del guerrero. José Luis Bernabé López "El Guindi"
Ahora sí. Ahora llegó el final del curso. Hemos acabado un año pletórico, pues hemos sacado todas aquellas cofradías para las que estábamos citados, a excepción de la imagen de Santa Marina que no salió por motivos ajenos a este equipo.
La lluvia, y mira que llovió, sólo provocó la suspensión de dos ensayos, aunque alguno de Ustedes habría suspendido alguno más…. Tuvimos suerte porque después de un invierno “pasado por agua” y con una amenaza de lluvia que se hizo presente el Lunes Santo, tuvimos la gran suerte de que no nos afectara en nuestras cofradías, aunque como todos recordaréis la Hermandad de Las Penas tuvo que acortar el recorrido.
Para aquéllos que son amantes de las cifras os diré que este año, salidas extraordinarias incluidas, hemos paseado treinta y seis pasos, para lo que hemos tenido que igualar a dos mil trescientos doce costaleros. Ahí es nada.
Me siento orgulloso de haber participado con mi pequeño granito de arena a poner en marcha todo el dispositivo que hay detrás de todo esto, sin el cual sería todo mucho más complejo. Un dispositivo basado en el esfuerzo de todos y que facilita la labor de “hacer andar” toda la maquinaria precisa para dar cobertura a las necesidades de cada hermandad.
Necesitaría muchas páginas de este blog para poder agradecer a todos y cada uno de Ustedes vuestra valiosa aportación, sin la cual nada de esto sería posible, especialmente a los que conforman lo que ya muchos conocemos como “la columna vertebral”, esa gente que siempre está, que nunca protesta, que sin llamarlos acuden, que basta un pequeño guiño para implicarlos en cualquier necesidad de las hermandades. La mayor muestra de fidelidad hacia con nosotros. A todos ellos, a todos vosotros, muchas gracias.
También me gustaría recordar a aquellos compañeros que este año lo dejaron. Aquellos que, por imperativo de la edad, o de la salud, o del trabajo, etc., tuvieron que tomar la infausta decisión de dejarlo. Sé por experiencia lo duro que resulta. Ánimo a todos ellos.
Quisiera también agradecer a nuestras familias el sacrificio que supone tener un marido metido en esta vorágine. Son muchas noches fuera de casa, este año han sido ciento treinta y cuatro citas cofrades atendidas, muchos momentos fuera del ámbito familiar, muchos momentos perdidos en la vida de nuestros hijos, en los llantos, en las risas. Muchas obligaciones familiares desatendidas. Salir de casa para ir a trabajar por la mañana, con los niños aún durmiendo, empalmar del trabajo a las obligaciones cofrades y regresar a casa a las tantas de la noche, después de un día de ensayos, o mudás, o reuniones, o pescaítos, o no sé qué más y volver a encontrar a tus hijos otra vez en la cama….. Hay días que se hace muy duro.
En definitiva, gracias a todos los que de una u otra forma aportan su esfuerzo y dedicación a posibilitar que un año más hayamos pasado con nota el curso cofrade. Ha sido un esfuerzo de merecida recompensa, del que todos tenemos la obligación de sentirnos satisfechos por los resultados obtenidos.
Como os dije el año pasado, MUCHAS GRACIAS, sin Ustedes no lo hubiéramos conseguido.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.