La esencia de la Semana Santa demostrada en la Hermandad de Vera+Cruz

María del Pilar Pino Tagua. Cuando se viven tantas emociones reunidas en un solo día, aparece como un regalo eso que la Hermandad de la Vera+Cruz decidió hacer ayer. Todo un ejemplo de lo que significa la Semana Santa, aunque en nuestros días no lo concibamos así. Vera+Cruz decidió realizar la Estación de Penitencia con uno sólo de sus titulares, el Lignum Crucis, estableciendo su recorrido en aproximadamente dos horas. Acompañando a su titular iba todo el cortejo, formado por los penitentes y nazarenos de la Hermandad, junto a las diversas representaciones de la Vera+Cruz de distintas localidades.

La cofradía pedía su venia en el palquillo de la Campana a las 21’25h, al mismo tiempo que el primero de los pasos de la Redención salía de la Iglesia de la Anunciación a los sones del Himno de España, creando de este modo un contraste más en el día de ayer.

El tiempo de paso de la cofradía, en estas circunstancias, fue de cinco minutos aproximadamente, desde la Cruz de Guía hasta la última pareja del cortejo litúrgico.

Habría que resaltar la falta de público, quizás porque hoy en día tenemos una concepción muy distinta de lo que es la Semana Santa, o quizás por la lluvia. Los que hayan podido estar presentes en el rápido paso del cortejo, habrán podido presenciar un sorprendente minimalismo y, por otro lado, un viaje a la que posiblemente era la Semana Santa del siglo XV.

 

Fotos: Joaquín Corchero