Labrapalabras. Romanos. Antonio García Barbeito. La Razón.

Romanos Edicho popu lar, cuando al guien se quej del aprovechamien to de un ajeno, en amores o en favo res, dice «me quitó hasta las pestañas», para expresar que se lo quitó todo. Bueno, pues, si en Sevilla no se andan con cuidado, al paso que van las cuadrillas de ladrones y atracadores, en las que proliferan los extranjeros, a las Vírgenes van a quitarles hasta las pestañas, sobre todo silos del Este o los de Aquel o los de Más Allá se informan que las pestañas son de un valor incalculable, porque están hechas de no sé qué.

En una de las hermandades sevillanas entraron unos que dicen del Este y se llevaron todo el aquel que pudieron. Estas cuadrillas no levantan pasos, levantan todo lo que brille. Entran tres o cuatro, amenazan o lian y terminan por llevarse hasta el título de la hermandad. Eso ha pasado en el Buen Fin, donde entraron unos tipos que, tras herir con navaja al muchacho que está al frente de la tienda, fueron llevándose cuanto pudieron, y en el botín llevaban hasta la Medalla de Oro de la ciudad. Vamos, hastalas pestañas, silos dejan. Yo creo que va siendo hora de darles trabajo extra a los romanos de la Semana Santa.

Hasta ahora, a los romanos los hemos visto custodiar el cuerpo de Jesús crucificado y como de guardaespaldas de algunos jefazos tipo Pilatos, pero habrá que decirles que unos se queden ante la Cruz y otros se vayan a las casa-hermandad, lanza en ristre, a evitar que los ladrones nos dejen con una Semana Santa más pobre que la de Moscú. Digo las figuras de romanos (será cosa de hablarlo con Poncio) y, de paso, que los famosos «Armaos» de la Macarena adiestraran a la Policía Local para saber defender lo suyo. O que vistiéramos de romano a un vigilante jurado (o de los que le dicen al ladrón «te la tengo jurada») vestido de armao, lanza y espada, y a ver quién es el ladrón del Este o del Aquel que se atreve con un tío con casco y con espada y lanza.

Todo esto pasa por no darle más protagonismo al nombre popular de una cofradía sevillana, La Bofetá, que si aplicáramos La Bofetá a tiempo a quienes asíandan, robando asta las pestañas de las Vírgenes, la calle de la Amargura iba a tener bulla, de tantos como cogían el pendi huyendo de la quema. De modo que marchando ya una de romanos con tós sus avios.