La deuda pendiente con Garrido Bustamante. Juan Manuel Labrador Jiménez

Era la tarde del 15 de octubre del año 2011, hace relativamente poco tiempo. En aquella jornada, la querida Agrupación Parroquial de la Milagrosa tenía a bien concederle al veterano, reconocido y maestro de periodistas José Luis Garrido Bustamante el Premio Periodístico Cofrade “Carlos Schlatter” en su tercera edición al haber dedicado toda una vida, entre otros menesteres, a la información cofradiera. Previamente había tenido lugar el tradicional encuentro de periodistas que esta  corporación organiza cada mes de otoño, donde tuve el honor de intervenir junto al querido amigo y compañero del alma Moisés Ruz.

Siempre se ha dicho que la profesión periodística es arriesgada y que, incluso, es un gremio que puede movilizar a toda una opinión pública, de ahí que se la considere un cuarto poder. Por ello, y aprovechando el acto en el que nos encontrábamos, hallándose presente en él, además, una edil del consistorio municipal, la por aquel entonces delegada del distrito de Nervión María Eugenia Romero, el firmante de este escrito tuvo la atrevida osadía, quizás propia de su juventud, de solicitar el justo y merecido reconocimiento a toda una vida de trabajo en el periodismo a Garrido Bustamante con la concesión de la Medalla de Oro de nuestra Muy Noble, Muy Leal, Muy Heroica, Invicta y Mariana Ciudad de Sevilla.

Han pasado diecinueve meses y quince días desde entonces, y aquello que dije parece que cayó en saco roto, cuando la misma Romero le dijo a Garrido en mi presencia que iba a movilizar el tema. Mañana, día 31 de mayo, al haber coincidido hoy la festividad del Santo Patrón el Rey Fernando III con la del Corpus Christi según nuestra urbe, el Ayuntamiento hará entrega de las distinciones correspondientes al presente año, y entre los homenajeados veo personas que se lo merecen, como Los del Río, José Manuel Soto o Isabel de León, dejando a un lado los homenajes institucionales, tales como los del Rocío de Triana o el Círculo Mercantil, que sin duda también se lo merecen. Pero centrándome en las personas, no en las entidades, permítanme dar una opinión que no sé si ustedes compartirán conmigo, y es que si se le entrega a los sevillanos que acabo de citar, ¿cómo se le otorga ya, igualmente, a dos muchachas que aún no alcanzan los treinta años de edad, como son la gran deportista Marina Alabau y la empresaria Laura Valverde, y sin embargo a Garrido Bustamante no se le ha otorgado todavía con todo el bagaje que ya tiene en su profesión mientras que otras personas que ya tienen o van a recibir la medalla aún no tienen un recorrido tan amplio en su vida profesional como este hombre? Con esto no digo que estas dos mujeres no se lo merezcan, nada más lejos de la realidad, y que nadie lea algo distinto a lo que he expresado claramente en estas líneas, sino que no entiendo a qué hay que esperar o qué se tiene que demostrar por parte de Garrido Bustamante para que se le otorgue. ¿O acaso se lo quieren dar a título póstumo? Espero que no.

No olvidemos que este señor es parte viva y clave de una parcela de Sevilla como son sus medios de comunicación y la proyección mediática de este milenario municipio hacia el mundo entero. Un hombre que se fue a Madrid para tener un título universitario que en nuestra ciudad aún no existía cuando él era estudiante, licenciándose, no sólo en Periodismo, sino en Ciencias de la Imagen , aunque también se tituló como Técnico de Publicidad. Un sevillano que ha sido testigo en primera persona del desarrollo y evolución desde sus entrañas de Radio Nacional y de Televisión Española, que incluso participó en el nacimiento de la actual COPE desde su primera emisora en Sevilla para ser posteriormente su director. Pero no todo queda ahí, sino que también fue jefe de informativos del Centro Territorial andaluz de TVE, siendo años más tarde delegado en nuestra comunidad autónoma de la Dirección de Comercialización y Gerencia de Publicidad de TVE. Un periodista de raza que en 1982 retransmitió la constitución del primer Parlamento de Andalucía, y que en 1993 narró en directo la visita de Su Santidad el Papa Juan Pablo II a la aldea del Rocío. Un hombre que ha historiado a través de sus propias vivencias la radio sevillana en su libro Sevilla tras un micrófono, haciendo lo propio con el medio televisivo en Historia de Telesur. Pero además, luchó por traer desde Madrid las cámaras de la única televisión que había para retransmitir en directo nuestra Semana Santa, y así lo hizo en 1983 con la entrada de Santa Cruz, en 1984 con la del Baratillo (si bien le hicieron una jugada, propia de las envidias que existen en este gremio, como en la vida en general, para que finalmente no fuese el comentarista), en 1985 con la de la Macarena, y en 1986 con las salidas de las cofradías del Martes Santo de la Catedral y el posterior discurrir de la Candelaria por los Jardines de Murillo, aunque a finales de los ochenta también retransmitió el paso de algunas cofradías por la Campana, entre ellas la primera estación de penitencia del Cerro en 1989, así como el tránsito del Cachorro por el Arenal en 1990, el Santo Entierro Magno de 1992 dos días antes de inaugurarse la EXPO, y las entradas simultáneas de la Macarena, la Esperanza de Triana y los Gitanos en 1993.  

Ahí está un resumen de un currículum que es realmente mucho más extenso, porque podríamos hablar de su constante trabajo en el nacimiento de las cadenas locales cuando surgió Onda Giralda, antecedente de la actual Giralda TV, donde creó el primer programa cofrade televisivo como fue “Carrera Oficial”, además de retransmitir hasta inicios de este siglo la Semana Santa en directo. Un cofrade que fue uno de los más excelsos pregoneros en la mañana del Domingo de Pasión de 1990, que cantó como nadie a la Macarena en los fastos del IV centenario de la fundación de su hermandad, que ha vivido plenamente entregado a su hermandad del Calvario, donde ha sido miembro de sus juntas de gobierno… Un sevillano cabal que también ha defendido a ultranza la tradición de la Feria de Abril, que ensalzó con su verbo la celebración de la Cabalgata de Reyes Magos…

Este artículo de por sí ya ha quedado largo, pero con ello se demuestran las sobradas razones para que entre todos roguemos a los portavoces del consistorio que no dejen pasar más tiempo, y en 2014 se le conceda algo que sería un motivo de orgullo, creo, para todos los periodistas sevillanos, porque muchos somos los que compartimos el sueño de ver al maestro José Luis Garrido Bustamante con la Medalla de Oro de su amada Sevilla al pecho, una Sevilla que lleva en su corazón, no lo olvidemos, desde 1933.

Foto: Juan Alberto García Acevedo.