La Virgen de los Dolores, del Cerro, llegó hasta Santa Cruz en su Rosario de la Aurora
Daniel García Acevedo. El anual rezo del rosario de la aurora que la hermandad del Cerro del Águila celebra como culto de reglas por las calles del barrio, este año ha sido muy especial en esta corporación al conmemorarse el XXV aniversario de la incorporación a la nómina de hermandades del Martes Santo.
Por ello, a las 6 de la mañana de ayer domingo, 8 de septiembre, el cortejo encabezado por la cruz parroquial y presidido por las andas con la bendita Madre de los Dolores, se encaminaba hasta la céntrica parroquia de Santa Cruz y acompañada por todos los hermanos mayores de esta jornada de la Semana Santa y por su delegado en el consejo de cofradías, Fco. Javier Gómez.
Numerosos hermanos y devotos de la Stma. Virgen acompañaron, en el cortejo como por los alrededores de la comitiva, tanto a la ida como a la vuelta. Acompañó musicalmente el coro de campanilleros “Amigos de la Navidad”, como todos los años.
A las 9,30 horas el cortejo estaba en la parroquia de Santa Cruz, donde a las 10 horas tuvo lugar una eucaristía presidida por el párroco de Santa Cruz, Eduardo Martín Clemens y concelebrada por el párroco y director espiritual del Cerro del Águila, Alberto Tena. La ceremonia fue cantada por la Coral Santa María de Coria del Río.
Posteriormente tuvo lugar el regreso hasta el Cerro del Águila, donde se pasó por la parroquia de San Nicolás, donde esperaba en la puerta la representación de la hermandad de la Candelaria. La Virgen de los Dolores no pudo entrar en la iglesia, como era deseo de las dos hermandades del Martes Santo, ya que a la hora que se transitó por la parroquia ya había comenzado la misa dominical. También se pasó por la iglesia de Santa María la Blanca , donde esperaba una representación de la hermandad de las Nieves.
Tras pasar por el Puente de San Bernardo, el cortejo llegó hasta la parroquia de San Bernardo, donde se encontraba una representación de la hermandad del Miércoles Santo, con su nuevo hermano mayor, Teodoro Mauriño, a la cabeza. Una vez dentro de la iglesia, el párroco Mario Fermín Ramos Vacas, dirigió unas palabras de bienvenida y el hermano mayor del Cerro del Águila, José de Anca, recordó la vinculación entre Cerro y San Bernardo cuando en las primeras estaciones de penitencia se pasaba por este mismo lugar.
A la vuelta acompañó la Escolanía Regina Coeli de Dos Hermanas y el Coro polifónico de la Universidad Pablo de Olavide.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.