Cosas que suceden. Carlos Colón. Diario de Sevilla.
OIGO a Juan Miguel Vega, Víctor García, Paco Robles y sus "blogrresponsales" en Sevilla TV: cuando nos gobiernan incompetentes suceden cosas tan graves como el pánico de la Madrugada (Juan Miguel acaba de publicar una versión novelada de los hechos) y no se investiga o se investiga mal, se dan explicaciones que contradicen lo que muchos vieron (vimos: a mí me cogió en la Avenida, con mi cruz a cuestas tras el palio de la Presentación) y que ofenden al sentido común para, al final, cerrarse en falso sin haber hallado las causas de los incidentes más graves vividos por la Semana Santa en toda su historia (no digo por las hermandades, sino por las cofradías).
Leo en este periódico que el colapso del Aljarafe se previó, sin hacerse nada, hace diez años: cuando nos gobiernan incompetentes los problemas se agravan en vez de solucionarse, o hasta se crean. Resulta que la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía sabía, desde1995, cómo iba a empeorar el tráfico en el área metropolitana y qué medidas aplicar para acabar con la saturación de las carreteras; pero nada se ha hecho. La solución, una vez que bajar a Sevilla se ha convertido en un infierno que hubiera podido evitarse, la ha dado ayer el alcalde: que los ciudadanos del Aljarafe usen el transporte público, porque se trata de la "única solución factible" para evitar el actual colapso circulatorio. Crece mal el Aljarafe, algo así como Los Remedios del siglo XXI, alcanzando una densificación que lo convierte en ejemplo de cómo no debe nacer ni crecer el área metropolitana de lo que, pretendiendo ser una gran ciudad, ha quedado en una incómoda ciudad grande. Además de ver defraudadas sus expectativas de vivir en una especie de ciudad jardín llena de zonas verdes, porque el informe de turno dice que ya es imposible imponer racionalidad urbanística en el Aljarafe, los vecinos que se compraron allí sus casas porque estaban "a diez minutos del centro" han de enfrentarse a gigantescos atascos que convierten en un calvario su bajada al trabajo y su subida a casa. Y el informe de turno vuelve a decir que la cosa no tiene solución. La Junta de Andalucía, por acción u omisión, ha creado un problema, no le ha dado solución y lo ha agravado. Sin herencias, ojo, que desde que tenemos democracia la gestión de la Junta ha sido socialista. Entonces el alcalde de la ciudad va y les recomienda el uso del transporte público.
La cuestión afecta a 300.000 ciudadanos: la misma población que tenía Sevilla en 1940. A aquella Sevilla le ha nacido por poniente otra Sevilla igual en número de habitantes, la del Aljarafe; y lo ha hecho sin ginecólogo urbanístico y sin matrona planificadora, en un plan salvaje que se corresponde al crecimiento asilvestrado que la criatura ha tenido hasta quedarse como hoy está: amazacotada y atascada. Cosas que suceden cuando gobiernan incompetentes.
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