Música. Emocionante concierto de las bandas de la Hermandad de los Gitanos
Daniel García Acevedo. Ayer por la noche asistí a uno de los actos más emocionantes y difíciles de contar en mi todavía breve periodo como redactor de Arte Sacro. Todo lo que yo les cuente del concierto celebrado ayer en el templo de la hermandad de los Gitanos se queda pequeño y entre mis palabras y las fotos de mi hermano vamos a intentar introducirles en el momento y que sientan un poquito de emoción como nosotros lo hicimos.
Primero era el turno de la agrupación musical infantil María Stma. de las Angustias. Con un templo totalmente abarrotado, pero esto no es exageración, es que no cabía un alfiler. La banda “chica” interpretó varias marchas de su repertorio mientras la “grande” venía haciendo un pasacalles desde San Román.
La última marcha de la agrupación infantil era La Saeta y mientras se estaba interpretando la agrupación musical Ntro. P. Jesús de la Salud comenzó a entrar en la iglesia, habilitándose un pequeñísimo pasillo por la nave central para que pudieran pasar hasta el Altar Mayor ya que como he mencionado anteriormente no había espacio material para que cupiese nadie más.
En ese instante todos los asistentes irrumpieron en un emocionante aplauso hacía su banda y el nerviosismo del momento se dejaba notar en la cara de algunos componentes.
El final de la marcha "La Saeta" lo tocaron mirando hacía sus dos titulares, o sea, de espaldas al público.
Nada más terminar, la agrupación “grande” era la que ocupaba todo el pasillo central de la iglesia y haciéndole un pasillo, como si de un equipo de fútbol se tratara, les abrieron paso para que los pequeños pudieran salir del templo, todo esto entre muchísimas lágrimas y abrazos por parte de todos.
Los dos banderines permanecieron durante el resto del concierto presentes.
La agrupación musical Ntro. P. Jesús de la Salud interpretó varias composiciones, tales como “Mi Cristo de Bronce”, “Al Alba”, “Soleares de Triana”, “Sta. María de la Esperanza”, “Salve, Rey de los Judíos” y la nueva composición de Cebrero/Pineda titulada “Una Túnica para mi Cristo”.
El acto estuvo presentado por José Ramón Muñoz Berros, que ponía su sabiduría musical en cada uno de sus comentarios.
La agrupación musical Ntro. P. Jesús de la Salud interpretó varias composiciones, tales como “Mi Cristo de Bronce”, “Al Alba”, “Soleares de Triana”, “Sta. María de la Esperanza”, “Salve, Rey de los Judíos” y la nueva composición de Cebrero/Pineda titulada “Una Túnica para mi Cristo”.
En la iglesia había muchos componentes de otras bandas con sus uniformes puestos, como queriendo acompañarlos en este momento tan difícil.
Antes de finalizar el acto hablo el director de la banda que comentó que "esto no es el punto y final de las bandas, sino el punto y seguido. También dijo que no había que llorar y “que quedaba bandas pa rato”. Se despidió con un “Vivan las bandas de la hermandad de los Gitanos” que todo el mundo respondió con clara afirmación.
Por último, interpretaron un popurrit de marchas entre las que se encuentran “Costalero” y “La Saeta” que fue interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos del respetable, esto último ocurrió durante todo el concierto.
Antes de marcharse, intervino el hermano mayor en funciones, Antonio Vargas, que destacó la gran labor de las bandas y se despidió con un fuerte abrazo a los directores de las dos agrupaciones.
Como ya saben la candidatura de Juan Miguel Ortega Ezpeleta, ganadora de las pasadas elecciones, ha decidido sustituir musicalmente hablando, para su paso de Cristo a la banda de la hermandad, quizás por calidad lo cual es muy respetable, pero también es cierto que esa hermandad es muy necesaria muchas veces hasta más que la propia calidad que le puedan aportar otras bandas.
Fotos: Juan Alberto García Acevedo.
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