La Virgen del Silencio. José Cretario. ABC Sevilla
Ha querido la casualidad que coincidan en el tiempo dos hechos de cofradías y tribunales. Esta semana, el Constitucional rechazó el recurso de amparo de la Esperanza de Triana presentado después de que el chaval de la web obscena saliera de rositas de esa sala tan «progresista» de la Audiencia de Sevilla. Dios nos libre. Días antes, el 31 de enero se registró en Palacio un escrito firmado por dos hermanos del Silencio, Valverde y Rodríguez de consecuencias imprevisibles.
Estos veteranos de la Primitiva, el primero de ellos gobernante durante muchos años, fueron quienes iniciaron recién llegado Antonio Rodríguez Cordero al puesto de hermano mayor un proceso para que la antigua Virgen de la Concepción, entregada hace más de 50 años a don Eduardo Ibarra, volviera a la cofradía.
Le dicen al Cardenal en el escrito que como no respondan a sus requerimientos, en virtud al canon barra nosequé, en el plazo de diez días, es decir el 10 de febrero, llevan el asunto al Tribunal Eclesiástico.
«El Silencio en los tribunales a cuenta de un pleito entre los hermanos por una talla de la Virgen». No se qué hace más daño a las cofradías, si lo del descentrado de la web o ésto. Lo primero es un ataque exterior; pero lo segundo es una iniciativa marcada por la imprudencia que nace en el interior. ¿Imprudencia? Yo creo que sí. Estamos removiendo la fosa de una memoria histórica sin tener en cuenta ni el contexto, ni las circunstancias del momento, ni el prestigio de su protagonista, el señor Ibarra, uno de los pocos humanistas de la Sevilla de los 50. Por no tener en cuenta, ni siquiera se piensa en lo que este hombre haya podido disponer para el futuro de la Virgen que actualmente recibe culto en su casa. ¿El celo patrimonial es el fin último de estos hermanos? Hay que pensar que sí. Pero hay amores que matan. Creo que algún día, ojalá sea lo más tarde posible, esta dolorosa de Cristobal Ramos maltratada por el restaurador que la transformó hace 50 años, volverá junto al Nazareno. A todos nos gustaría verla como en los tiempos de su esplendor. Con su corona chata, su mirada alta y con un pañuelo en la mano. Sí, con un pañuelo; nunca con el papel de una sentencia judicial.
Los dominicos....
El Papa se reunió un día en Asís para rezar con protestantes, ortodoxos, budistas, musulmanes y judíos. Seguro que aquel día grande, los dominicos de San Jacinto lo celebraron especialmente. Pero cuando les toca a ellos dar muestras de «ecumenismo» con la gente de su mismo credo, les entra la alergia. El pasado sábado y ante un gentío, el Cristo de las Penas se volvió a San Jacinto, su parroquia y su sede durante más de 100 años. Ni por educación los frailes salieron para decir buenas noches. En Palacio estaban pendientes del gesto. Cuando llegó al cortejo el padre Manuel Soria preguntó qué había pasado. «Nada», le respondieron. Los hermanos de la Estrella tuvieron un fallo: deberían haberse presentado con el chalequito de Evo Morales. Habrían visto entonces lo bien que les sienta a los frailes el poncho cuando cantan por rancheras...
La tesis de Mercurio
Si el Polígono de San Pablo apretó el acelerador, el Miércoles Santo ha sido el encargado de ponerle el freno al estirón. El lunes se reunieron en el Consejo con su delegado Engelberto Salazar que se encargó de redactar el documento. Organización, estética y economía fueron, por este orden, las razones esgrimidas para rechazar que el día se amplie. En el fondo, los mercurianos han sido tan rápidos porque no quieren ser el fondo de armario de la Semana Santa. Llamó la atención la solidez de la postura de Emilio Ruiz ya que La Sed es una hermandad relativamente nueva y el convencimiento de Carlos Bourrelier del Buen Fin, que en principio parecía expansionista. Ni la ausencia de Enrique Carpio de Los Panaderos, a priori sostenedor del rechazo más frontal, restó contundencia a la negativa.
El ganador
Las encuestas clavaron el resultado de Los Gitanos; ganó Juan Miguel Ortega Ezpeleta aunque sin mayoría absoluta, José Manzano emergió de la nada como apuesta de futuro y Antonio Vargas sufrió el castigo por algo de lo que el no es del todo responsable. Un periodista amigo, Manuel Lorente, que figuraba como candidato, se aventuró esa noche a exponer una tesis: si tras estas votaciones se hubiera celebrado una segunda vuelta entre los dos más votados, probablemente el ganador hubiera sido otro. Las elecciones en las hermandades responden al sistema mayoritario anglosajón, pero al testarse la debilidad de las juntas que surgen de un proceso con más de dos candidaturas no sería muy descabellado pensar en reglamentar otras fórmulas para estos casos. Lo de la doble vuelta no es ninguna tontería.
El Cristo solo
La procesión del Cristo de las Penas tuvo como valor fundamental la presencia de la Imagen sola en el paso, sin más compañía que la de unos papelitos con los nombres de los niños bielorrusos que vienen en verano traídos por la corporación. Joaquín Cruz Solís, que formó parte del cortejo, estaba entusiasmado. José Sánchez Dubé también. Pero a pesar del redescubrimiento de esta talla de José de Arce, la hermandad no va a plantear por ahora la supresión del misterio porque sería entrar en un debate complejo e incluso peligroso para una cofradía que durante muchos años (ahora se está en el proceso contrario) tiró hacia «lo negro». Lo que sí le ha quedado claro a Joaquín de la Chica es que el grupo escultórico y la configuración del paso es mejorable. Y parece que dándole vueltas a eso están.
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