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La Naturaleza de Dios III (Pensamiento medieval). Javier Ramos Sáez


 Los Padres de la Iglesia , entre los que se encuentran San Agustín, provienen del pensamiento heleno imperante de la época, por eso también se les llama de la patrística. Hay dos líneas de pensamiento: la patrística griega y la patrística latina.

En la teología de patrística griega se puede resumir como rasgo específico la idea de la encarnación y resurrección del logos o pensamiento que produce la divinización del hombre, del mundo y del cosmos. Destacan Orígenes, San Gregorio de Nisa y San Juan Damasceno. En la patrística latina se distinguen por la afirmación de que la historia de la salvación es la historia del encuentro, por iniciativa de Dios, entre el pecador y el Dios misericordioso. Destacan Tertuliano, San Ambrosio, maestro de San Agustín, y éste último.

En San Agustín, autor que me conmueve en Las confesiones,  la existencia del alma humana es prueba suficiente para afirmar la existencia de Dios. San Agustín, Obispo de Hipona, se centra en el asunto de la essentia o esencia de Dios. Alude al famoso episodio bíblico del Éxodo 3-14 que dice: “Soy el que soy”, también interpretado como “Yo soy el Ser”, objetivo primario de la filosofía y de la teología: el Ser, Ente o Esencia.

Agustín entonces afirma que Dios es el ser mismo. El ser como esse de essentia. “Sólo aquel que no cambia y no puede cambiar es el verdadero ser” dirá San Agustín, y es que aquel que no cambia, es decir, que es inmutable se encuentra la explicación de lo contingente o real. Dios es el ser absolutamente perfecto, eterno e inmutable y es uno y a la vez trino: Dios, Hijo y Espíritu Santo. Dios es el creador del mundo y crea el mundo a su imagen. Su creación es atemporal ya que Dios no tiene tiempo porque es infinito; el tiempo es inicio del mundo creado.

Avanzando, nos encontramos en el siglo IX en pleno renacimiento carolingio a Juan Escoto Eriúgena en el que va a tratar el asunto más importante del medievo: la unión entre razón y fe, tema que trato en el artículo Mihi quaestio factus sum.

Dirá Juan Escoto que la verdadera religión tiene que estar consolidada con la fuerza de la filosofía. Este equilibrio entre razón y fe se supera tras la muerta con la ayuda de Dios, que es la verdad pura y simple. Se le tildó de panteísta (camino entre el dogmatismo y el ateísmo) por su teología naturalista.

Famosísimo es el argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury que ha sido referencia de la demostración de Dios en la modernidad. Este argumento esta construido a priori. Define a Dios en su Monologion como: “El ser mayor que el cual nada puede pensarse”.  Si yo tengo la constancia de que tengo en mi ser la idea de Dios es ya suficiente prueba de que Dios existe ya que esa idea es imposible tenerla de algo que se nos escapa por su infinitud.

San Buenaventura dirá que Dios es la finalidad del hombre. El mundo es la imagen perfecta de Dios y su existencia no hay que demostrarla porque es evidente. Su manera de ver la naturaleza de Dios es agustiniana, franciscana y platónica.

En la escuela dominicana nos encontramos a San Alberto Magno que buscará la síntesis del pensamiento aristotélico con la teología cuya síntesis se ocupará su alumno Santo Tomás de Aquino. Santo Tomás se basará en la concepción aristotélica del movimiento para demostrar la existencia de Dios: Dios como acto puro, inmutable y perfecto. Dios crea el mundo y lo conoce. Dios es el existir mismo sin composición de esencia y existencia (como el ser creado). Dios es el acto de existir mismo, sin limitación es ipsum esse subsistens. Santo Tomás, por razones históricas, quiso demostrar la existencia de Dios por una vía racional y no ortodoxa. Así Santo Tomás de Aquino alude al argumento ontológico de San Anselmo. Dirá que hasta el ateo tiene el concepto de Dios en su mente y por ello caería en una contradicción. Conocer a Dios es conocerlo a través de una demostración jerárquica que parte de realidades sensibles hasta llegar a la causa misma que es Dios.

Ya como final del medievo o edad oscura del pensamiento, llegamos al gran filósofo el franciscano Guillermo de Ockham.

Ockham viene de una tradición franciscano-agustiniana es declive ya que se suprimía la libertad del hombre mediante la providencia divina. La libertad en Guillermo de Ockham implica que Dios no está sujeto a ideas o plan ninguno. Dios no ha querido que las cosas sean contradictorias por el principio de contradicción escolástico.

Ockham destruye la vía de conocer a Dios partiendo desde las realidades mundanas de Santo Tomás de Aquino ya que no es posible una vía racional de conocer a Dios ni su esencia.

Ahora entraremos en los avatares de la edad moderna.

04/02/2006- La Naturaleza de Dios II. (Pensamiento antiguo). Javier Ramos Sáez

31/01/2006- La Naturaleza de Dios (Introducción). Javier Ramos Sáez

Bibliografía especializada:

- COPLESTON, Frederick Charles. El pensamiento de santo Tomás. México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1960. 

- DESCARTES, René. Meditaciones metafísicas. Alianza. Madrid. 2004.

- DESCARTES, René. Discurso del método (4º parte). Alianza. Madrid. 2000.

- KANT, Immanuel. Crítica de la Razón Pura. Alfaguara. Madrid. 1998.

- NIETZSCHE, Friedrich. El nacimiento de la tragedia. Alianza Ed. Madrid. 2003.

- PLATÓN. La República o el Estado. Ed. Espasa Calpe. Madrid. 2003.

- SAN AGUSTÍN. Las confesiones. Ed. Planeta. Barcelona.1977.

- SPINOZA, Baruch. Ética. Alianza. Madrid. 1998.

- TOMÁS DE AQUINO. Summa theologicae. BAC. 2000.

- VV.AA. Diccionario de filosofía. Larousse. Barcelona. 2003.

- VV.AA. Historia del mundo moderno.  Santillana de Ediciones. Madrid. 1999.

- VV.AA. Historia de la filosofía. Ática Santillana. Madrid. 2001.










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