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Sabores (Quinto día de Quinario a la Semana Santa 2017)


Antonio Sánchez Carrasco. Andaba yo esperando al paso del Cristo del Desamparo y nunca Abandonado en el balcón de la casa de mi amiga Ana y mi amigo Alberto (siempre vivo en nuestro recuerdo), cuando fui a usar para mi uno de esos refranes castellanos que tanto me gustan, "nunca te acostarás..." me dije a mi mismo mientras mi amigo Fran pasaba con una vara en el libro de reglas, y es que en frente en unos toldos bien recogidos para engrandecer el paso de la cofradía( desafortunadamente no como todos los establecimientos de la misma calle) ponía umami.

Ante el desconocimiento me fui a la red donde me apareció la respuesta, umami es el quinto sabor, ese que esquiva al nervio trigémino para no ser ni dulce, ni salado, ni acido, ni amargo. Y ahí estaba yo viendo pasar tramos de nazarenos cuando aprendí que fue un japonés, como no podía ser de otra manera, el que lo descubrió en el glutamato..., y ahí me puse a pensar en los sabores de la Semana Santa.

Supongo que cada uno tendrá los suyos, el dulce de una Semana Santa sin lluvia, que si que el agua es necesaria, pero siempre puede llover la semana antes y la posterior; yo veo mis devociones en la calle y ya casi lo tengo todo lo dulce, aunque rara es la imagen de la que no guardo un recuerdo que se asocie a un momento dulce, esas asociaciones que hacen que al verla llene tu alma. De dulces los conventos vestidos para los días del luto, el altar mayor de Santa María de Jesús con las imágenes veladas, para no salir de allí en todo el Jueves Santo.

Salado como sal en llagas heridas de una madrugada tocada desde que las noches en la calle se convierten en todo lo que no tiene que pasar en sociedad, culpemos a Ayuntamiento, Consejo, medios, redes sociales,..., cuando el problema está en nosotros, hemos perdido la ley como aval, todo vale y se paga poco por cometer fechorías.

Todos estos sabores estarían entre salados y amargos, aunque para mi Amarga sólo hay una, ese rosario de cuentas blancas que termina en San Juan Bautista, donde las Palmas acusan. Salado sería ese son de la tan vituperada marcha por los puristas, marcha a la que todos ponen sobrenombres y el compositor que todo sevillano lleva dentro tira por tierra y que a ti te gusta tanto cuando la usas de banda sonora de tu palio o de tu Cristo en estos rincones que nos deja la Semana Santa.

Sabores que van y vienen acidez hay poco en la Semana Santa, poco más que acidez de estomago después de que todo pase y los cuerpos se vengan abajo.

Y el umami, ay el umami, el año que viene me pondré en otro balcón, que no sé dónde meter el umami.

Fotos: Antonio Sánchez Carrasco.

Anteriores:

La Vara de mando (Primer día de Quinario a la Semana Santa 2017)

El Dios de la pantalla (Segundo día de Quinario a la Semana Santa 2017)

Musicando (Tercer día de Quinario a la Semana Santa 2017)

El movimiento (Cuarto día de Quinario a la Semana Santa 2017)










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