Original altar de Triduo para la Virgen de las Mercedes, para conmemorar el VIII Centenario de la Orden de la Merced

Arte Sacro. La Hermandad de Santa Genoveva en este año que la Orden de la Merced celebra el VIII Centenario de su fundación, ha realizado un altar de cultos para el Triduo de la Virgen de las Mercedes, conmemorativo de esta efeméride, plasmando una representación iconográfica con alguno de los santos mercedarios más representativos, junto a la Virgen.

El altar que está inspirado en el retablo mayor de la Basílica de María Auxiliadora de Turín, se compone de tres cuerpos: en el primer cuerpo y en el centro, se sitúa la imagen de Nuestra Señora de las Mercedes vestida de reina, portando corona y ráfaga.

En el segundo cuerpo se representan algunos de los más importantes santos mercedarios.

En el tercer y último cuerpo se sitúa el plan de altar, formando una media luna la disposición de las velas.

Según explica la Corporación del Lunes Santo, la representación de la Santísima Virgen con ráfaga y corona, junto a la media luna representada por la candelería, representan el fragmento del Libro del Apocalipsis  (12,1 ), que indica "Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas”.

Y los Santos Mercedarios que se representan, los varones pertenecientes a la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Cautivo y las santas a la de la Borriquita, ambas de Mairena del Alcor, son los siguientes:

San Pedro Nolasco

Fundador de la Orden de la Merced. Nace en una villa del Condado de Toulouse (Francia), llamada “Mas Saintes Puelles". La tradición mercedaria nos transmite que en la noche del 1 al 2 de agosto de 1218 -previa una “conversión" en este hombre, amante de María-, Ella le inspira la fundación de una Orden Religiosa para la redención de los cautivos. Como fundador de esta orden, se representa en el este altar recogiendo el hábito de la orden.

 

San Ramón Nonato

Clérigo mercedario, vive en el último tercio del siglo XIII. Es redentor en el norte de África, y queda en rehenes donde da testimonio de caridad y predica el Evangelio. Para impedírselo, le traspasan los labios con un candado. Sufrió, pues, por ser libre también con su palabra cristiana. Se representa en el este altar con un candado en la mano.

 

 

 

San Serapio

De origen irlandés, viene a defender la fe cristiana con Alfonso VIII. Conoce la Orden de Nolasco, y se hace mercedario. Yendo a redimir a África. En una de las ocasiones, queda en rehenes y es martirizado, clavándole en forma de aspa en una cruz. Se representa en el este altar con una Cruz en forma de aspa en la mano.

 

 

 

Santa Maria de Cervellón

Fue la primera religiosa mercedaria. Nace en la noble familia Cervelló. Natural de Barcelona, en el año 1230, el 1 de diciembre. Se bautizó el día 8 del mismo mes. Gracias al empeño que veía en los frailes mercedarios por ser redentores, ella se sintió impulsada a ser religiosa mercedaria. Pidió las vestiduras blancas el 25 de mayo de 1265 para ser hermana religiosa para la redención de los cautivos. Tiene el sobrenombre de Socorro debido a lo que cuenta la leyenda: “Se apareció a los barcos que venían de Argel cargados de cautivos y les rodeaba una tempestad y ella intercedía para socorrer a los tripulantes". Se representa en el este altar con galeón en la mano.

 

Beata Mariana de Jesús

Madrileña, de familia acomodada, muy devota de la Eucaristía, del crucificado y de María, manifestó su caridad con los pobres y enfermos. Se hizo Terciaria de la Merced, y el General Monrroy le permitió vestir el hábito de monja. Sólo lo hacía en privado. AI nacer la recolección, se va con ellos, desde la Capilla de los Remedios, en la iglesia de la Orden, a la de Santa Bárbara. Allí construye una casita donde vive humildemente. Fue muy querida del pueblo madrileño. Su cuerpo sigue estando incorrupto y poseen esta preciosa reliquia las mercedarias de la Orden, llamadas de Don Juan de Alarcón. Tiene Parroquia y hospital dedicados a ella en la Villa y Corte. Fue beatificada por Pio Vi. el 18 de enero de 1783. Se representa en el este altar con el crucifijo en la mano.

 

Fotos: Fco Javier Montiel