Las Glorias de María, pregonadas por primera vez por una mujer. Aurora Florez. ABC Sevilla
Por primera vez en la historia de la Muy Mariana Ciudad, una mujer, Maruja Vilches Trujillo, pronunció el Pregón de las Glorias de María rompiendo el esquema que hasta ayer ha marcado el tiempo y el brillo en el mundo cofrade sevillano.
La pregonera, emocionada, acompañó a primera hora de la mañana a la Virgen del Carmen de Santa Catalina desde su exilio en San Román hasta la Catedral, donde, por la noche, presidiría este acto tradicional de Sevilla con el que se abre el mes de mayo en la ciudad.
Había expectación, aunque también confianza en esta mujer, que ya ha demostrado sobradamente su quehacer literario cofrade, desde aquel primer pregón propiamente dicho que pronunciara en el Ateneo Popular y tras multitud de ellos en los Javieres, la Macarena, por los 450 años de San Benito, el Rosario de Montesión, entre otros muchos, o los infinitos dados en las distintas hermandades del Rocío de la provincia.
Pino Montano
Pero ayer, pocas horas antes de enfrentarse a su auditorio arropada por la Virgen del Carmen, Maruja Vilches recordaba con nostalgia la que, en los años ochenta, fue su primera alocución cofrade ante un auditorio de alumnos de los colegios Adriano, Trajano y Teodosio, una época en la que estaba inmersa en la fundación de la agrupación parroquial de Pino Montano, cuando los niños de su colegio sacaban un Cristo de papel maché y calvario de flores de las casetas de feria.
Con ese ánimo de recuerdos, «alegría, satisfacción y responsabilidad, mucha responsabilidad», llegó Maruja Vilches a la Catedral «como una humilde maestra para «abrir la primera puerta a las mujeres».
Maestra cofrade
Sevillana de la calle de la Feria, bautizada en Omnium Sanctorum, maestra de escuela orgullosa de serlo, hermana de los Javieres, la Resurrección, la Macarena, Todos los Santos, el Carmen de Santa Catalina, Pino Montano y del Rocío de Camas; cofrade, mariana, rociera, Maruja Vilches dejó retazos de su vida y sus amores en un pregón franco, natural, sincero, trufado de poemas, por el que desfilaron las Vírgenes de Gloria en todas sus advocaciones, de la Pastora de Santa Marina a la Virgen de los Reyes pasando por la Hiniesta, con el bagaje histórico que las acompaña y en el que quiso dejar la impronta del género, aproximándonos a la figura de María.
Sevilla y la Virgen
«Sevilla no existe sin la Virgen, por ello sembró toda una geografía mariana en su suelo», dijo la pregonera, que quiso también hacer guiños íntimos con las referencias a la Niña María Coronada de Sevilla, «en la calle Arguijo, en el Colegio que recogió mis años de carrera y hoy mis inquietudes».
El Rocío ocupó una buena parte de este primer pregón femenino de las Glorias, en él, Maruja, rociera de corazón y de camino con Camas, volvió a retrotraerse a sus años de maestra por los pueblos, en los que ha dejado parte de su vida, Carmona, Coria, Burguillos... donde esta maestra de escuela puso en marcha, hace treinta años, un adelantado plan de integración de niños con necesidades educativas cuando aún ni se pensaba en ello.
Terminó la pregonera de las Glorias con un recuerdo a sus padres y a su familia, marcada por la presencia de la Virgen de Todos los Santos y su barrio de la Macarena.
Telegram