Arte Sacro
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Homilía del cardenal Amigo en la eucaristía con motivo de la solemnidad del Corpus Christi


Arte Sacro. A continuación pueden conocer el texto íntegro de la homilía del cardenal arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, en la eucaristía celebrada en la mañana del 15 de junio con motivo de la solemnidad del Corpus Christi.

"En la procesión del Jueves Santo la Iglesia acompaña a Jesús al monte de los Olivos:  la Iglesia orante desea vivamente velar con Jesús, no dejarlo solo en la noche del mundo, en la noche de la traición, en la noche de la indiferencia de muchos. En la fiesta del Corpus Christi  reanudamos esta procesión, pero con la alegría de la Resurrección. El Señor ha resucitado y va delante de nosotros" (Benedicto XVI. Homilía del Corpus Christi, 26-5-05).

La razón de vuestra esperanza

Tanto en el evangelio como en las cartas de los apóstoles, en momentos especialmente difíciles, y para llenar de esperanza a los cristianos, se ofrece la promesa del pan vivo bajado del cielo, que será ofrecido en remisión de los pecados. Los que coman de este Pan vivirán para siempre. Por eso, San Pablo no duda en recordar la tradición que se había recibido: que Cristo, la noche en que fue entregado, tomó pan y vino, lo ofrece y se lo da en comida. ¡Haced esto en recuerdo mío!. Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga" (1Cor. 11, 23-26).

Dios se manifiesta a su pueblo

Dios ha querido hablarnos de maneras muy diversas y ayudarnos a ver su presencia. En la creación entera, en la bondad de las personas, en la encarnación del Verbo, en el nacimiento en Belén, en la transfiguración, en la muerte y resurrección. Ahora se realiza una maravillosa epifanía en el misterio de la Eucaristía. Se han cambiado las señales y el momento, pero no la realidad. Este es Jesucristo, el hijo del Dios vivo.

Alimento para un pueblo peregrino

"La salvación redentora de Cristo se actualiza sacramentalmente en el memorial de la Eucaristía. Confesamos la fe en la Eucaristía, convencidos de que la comunión con Cristo, vivida ahora como peregrinos en la existencia terrena, anticipa el encuentro supremo del día en que seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. La Eucaristía es por naturaleza portadora de la gracia en la historia humana. La Eucaristía es el Mysterium fidei. Ante la Eucaristía el cristiano comprueba a diario que la Verdad que sostiene el mundo no se capta con los sentidos" (Plan pastoral de la Conferencia Episcopal Española 2006-2010, 9-10).

Quédate con nosotros.

Así se lo habían pedido a Cristo resucitado los discípulos de Emaús. No podían conformarse con una palabras de esperanza futura. ¡Esto es mi cuerpo! Estoy aquí, con vosotros. "Juan Pablo II sugirió como fruto del Año de la Eucaristía: asimilar los valores que la Eucaristía expresa, las actitudes que inspira, los propósitos de vida que suscita. Tres son en concreto los elementos que configuran el proyecto de misión que brota de la Eucaristía: la acción de gracias, la solidaridad con todos los hombres, el servicio a los últimos. En estos elementos estriban los criterios de verificación de una vida auténticamente eucarística( Ib. 32).

Anunciamos lo que creemos y vivimos

La Iglesia no impone a los demás su convencimientos de fe, simplemente se los ofrece. Manifestar no es imponer, es generosidad. Si Cristo se ofrece por todos, a todos hemos de llevar cuanto de Él hemos recibido. "La procesión del Jueves Santo acompaña a Jesús en su soledad, hacia el "vía crucis". En cambio, la procesión del Corpus Christi responde de modo simbólico al mandato del Resucitado: voy delante de vosotros a Galilea. Id hasta los confines del mundo, llevad el Evangelio al mundo" (Benedicto XVI, Corpus 2005).

Este es el sacramento de nuestra fe

La Eucaristía es luz para comprender los misterios; fuente inagotable de la gracia que necesitamos; sacrificio en el que Cristo carga sobre sí nuestros pecados y nos da su vida;  manantial donde se encuentra todo el bien de la Iglesia; alimento que colma de gracia; escuela donde se aprende a vivir misterio más grande de nuestra fe.

Ante el santísimo misterio de la Eucaristía solamente cabe la actitud de entrega al amor de Dios, tal como lo hizo la bienaventurada Virgen María: que todo se haga según tu palabra. Y la palabra de Cristo no es otra que aquella que sigue resonando con inmutable claridad desde el día de la última cena: ¡Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre. Haced esto en memoria mía! Hacemos, pues, lo que nos ha mandado el Señor.

Catedral de Sevilla

Jueves, 15 de junio de 2006










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