Requiem por un costalero. Irene Gallardo

Hay un viejo dicho popular que dice que "Dios escribe con renglones torcidos". No me cabe ninguna duda que en el caso de mi amigo José Sánchez Barquet, se cumplió, como en tantas y tantas veces sucede, éste viejo y acertado dicho.

 

Tuvo que ser un morlaco el que abandonando de estampida su lugar natural y arrollando e hiriendo a quién se le cruzaba, hiciese a "Hipólito" cumplidor de aquella promesa callada.

 

De aquel percance que pudo traer consecuencias nefastas para el costalero, le libró la estampa ajada por los años de su Cristo de las Misericordias, de Santa Cruz.  Seguro que en la vida de "Hipólito", se escribiría un antes y un después con letras de ruán.

 

Desde ese momento, aquel hombre que no mostró hasta entonces ningún afán por las trabajaderas, buscó desesperadamente al maestro Rafael Ariza "el viejo" y se ofreció como peón para la Cofradía de Santa Cruz. A partir de ahí, "Hipólito", trabajó de costalero, a las órdenes del capataz que mandase la cuadrilla del Cristo de las Misericordias, lo hizo con Ariza, Franco y Bejarano, al que se unió para sacar a la Patrona de Sevilla durante años.

 

No faltaba en la vida del costalero, la vertiente solidaria y cristiana, así su paga por ir de costalero con los grandes del martillo en Semana Santa, la depositaba en el Colegio de niñas de San José de la Montaña, frente a la consulta médica de otro gran cofrade y amigo el Dr. Hermosilla Molina.

 

"Hipólito", en sus últimos años de costalero, fue de la mano de sus amigos Alberto Gallardo y Salvador Perales, con los que compartió charla cofrade en EL PROGRAMA, ¡quién nos iba ha decir, querido "Hipólito", que te vería por última vez!.

 

Hoy, en honor a ti y a tu deseo, hago público uno de tus últimos y fervientes sueños, la realización del monumento a el costalero, esa utopía a la que tanta ilusión y ganas le pusisteis Gonzalo Santiago "el pingüino" y tú.

 

Ojala se cumpla tu sueño algún día, porque sé que entonces, la parihuela celeste donde se alza la Madre de Dios, con la llamá de Borrero y la respuesta del "Balilla", irá más al Cielo que nunca.

 

...Y el Cristo de las Misericordias, bajó por un instante su mirada de los Cielos a la tierra y desclavó sus dedos de la Cruz y tomó de la mano a mi amigo "Hipólito".  susurrándole... "en verdad te digo que hoy estará conmigo en el Paraíso".

 

Hasta siempre amigo. 

 

Irene Gallardo

 

 

 

Fotos: "El Programa" de CRN Giralda