Opinión. Alcalde de todos, obispo de algunos. Francisco Santiago.
Es curioso y a la vez intrigante, sí tanto daño nos hace a los que creemos en esto, algunas leyes, ¿por qué no actuamos con más contundencia?
A mí personalmente, me parece que la idea de “rezar una oración” antes de la salida procesional con motivo de la futura ley del aborto, ha sido diseñada por uno de los guionistas de la magnífica serie de Los Simpson y si tuviéramos que poner cara al personaje en cuestión, sin lugar a dudas ya la tiene: Ned Flanders.
Flanders, ante estas leyes que protegen a los asesinos (Sandra Palo, Marta del Castillo), que deja en pelotas a los profesores ante sus alumnos, que deja abortar a una niña de 16 años y que, a la vez, no le deja comprar tabaco, hubiera exclamado: “recemos una oracioncilla para que Dios les perdone sus pecadillos”.
Curiosamente, vamos a tener que organizar un acto más contundente las páginas webs cofrades para que, como ya ocurriera con Santa Catalina (¡pasalo!), además de hacer un comunicadillo también nos vean en la calle cabreados e indignados porque ¿acaso no están ustedes, como yo, cabreados por la inmundicia que nos rodea en forma de jóvenes pasados de todo que no tienen respeto ni por la vida?
Como recordó ayer el diario “El Público”, siendo alcalde Julio Anguita en Córdoba (saludos monseñor Asenjo), este replicó al obispo en una carta: "Le recuerdo que yo soy su alcalde, pero usted no es mi obispo".
¿Por qué no hacemos algo más que rezar?. ¿Acaso por las subvenciones, préstamo de sillas y escenarios, por las medallitas de la ciudad, por las ayudas del CECOP durante todo el año, por las procesiones extraordinarias y gloriosas que cubren el calendario de enero a diciembre o por los arreglos de nuestros templos con parte del dinero público?
En Córdoba al menos han metido los pies en el agua, pero aquí en Sevilla aún la playa ni siquiera se divisa en el horizonte, con lo cual podemos decir directamente que "no nos hemos mojado", eso sí, en la prensa y televisión venga fotos y opiniones variopintas (hasta he escuchado comparar un feto con matar a una mosca).
Zoido se ha mojado (el único aquí en Sevilla) y las hermandades han recogido las gotas de sus salpicaduras, pero nada más. Yo seguiré rezando, pero cuando salía de Nazareno era habitual rezar antes de salir en estación de penitencia, aunque ahora nos lo quieran colar como extraordinario. Claro, que lo mismo esto viene por aquella frase famosa que dijo el cardenal Amigo en el 2002: “hagamos extraordinario lo ordinario”.
¡A mi que me lo expliquen!
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