El milagro apócrifo de Madre María

Francisco Santiago. Hablar a estas alturas de la vida y obra de Madre María de la Purísima sería un tema más que leído y releído en multitud de páginas y diarios escritos, pero aún queda un milagro apócrifo.

El pasado año 2009 mucho se habló con tono melancólico del año 2014, una vez que la Esperanza de Triana ya se había recogido tras su salida extraordinaria de junio, cinco años nada menos para que la Esperanza, en este caso devoción del barrio de la Macarena.

Y aquí es donde ocurre el milagro apócrifo de Madre María de la Purísima que, de repente y como quien no quiere la cosa, nos regala una procesión Extraordinaria de la Madre de Dios en conmemoración de su Beatificación.

Y que vaya desde su Basílica hasta Santiponce, que cruce el Guadalquivir y nos llene de gozo en la jornada más larga conocida hasta el momento, que suenen himnos cofradieros en el Estadio convertido en Auditorium celestial, que vengan fieles de todos los rincones y religiosos y que el blanco y negro de las Hermanas de la Cruz se mezcle con el Verde de la Esperanza.

Que su hijo pose delante de su paso de Gloria y que la vea partir desde su camarín, regalándonos momentos únicos para nuestras retinas. Que cruce puentes y sea salud de los enfermos, que llene de esperanza a miles de devotos que convirtieron una devoción en la mayor romería en torno a una santa y, por consiguiente, también en su Madre con doble transcripción: Madre María y Madre de Dios…

Gracias por este 18 de septiembre que ha cambiado el curso y color del calendario cristiano sevillano.  

Fotos: Francisco Santiago