Arte Sacro
  • Noticias de Sevilla en Tiempo de Pascua
  • viernes, 26 de abril de 2024
  • faltan 352 días para el Domingo de Ramos

Carta de agradecimiento. Javier Abad Hidalgo.


 En ocasiones, la vida parece convertirse en un gran plató donde el corazón maneja la escena a su antojo, sin importarle las consecuencias. Son esos momentos en que por más que lo intentes, no llegas nunca a comprender el porqué de las cosas. Así me siento, perdido en la más profunda de las injusticias. No era el momento, aún quedaban muchos capítulos de su vida por compartir, entre ellos la boda, en febrero, de su hijo mayor, pero a mi padre le fue imposible esperar.

El corazón nos da la vida y nos la quita, marca las pautas de los sentimientos y decide por nosotros. Y el de mi padre decidió parar para siempre la noche del jueves, sin más, sin dar una explicación del porqué quiso no seguir latiendo.

Quienes tenemos la suerte de ser creyentes intentamos autoconsolarnos pensando que ese ser querido que fallece sigue con nosotros, asomado al mejor de los balcones que un cofrade podría soñar desde donde contempla cada uno de nuestros pasos y guiando nuestras vidas como el mejor de los capataces, pero al igual que es humana la muerte, también lo es el dolor del que se queda y difícilmente se encuentra el consuelo ante la injusticia del que se va sin haberle llegado la hora.

Aún así, es en estos momentos en los que uno aprecia realmente el afecto de la gente que te rodea. Gracias a Dios, no podré decir haberme encontrado sólo ni un segundo en este duro trance. Son muchos los amigos que me han arropado y que me han mostrado su cariño. La inmensa mayoría, personas de mis hermandades y de las cofradías en general.

Es la grandeza de la palabra Hermandad, el sentido del verdadero cristianismo. Y no puedo más que mostrarme enormemente agradecido por tantos abrazos, por tantas palabras y gestos que me han hecho más llevadera la pérdida. Gracias a mis hermanos de la Divina Pastora, por demostrarme ser eso, mis hermanos (gracias Francis por ese maravilloso detalle en la misa). Gracias a mis grandes amigos, sin quienes yo no sería absolutamente nada. A mis hermanos de Pasión y Muerte y a todos los que un día nos unió para siempre ese maravilloso vínculo que son las hermandades. Y por supuesto, gracias a esta web, repleta también de hermanos y amigos.

La Divina Pastora ya ha acogido en su rebaño del cielo a mi padre y se que será inmensamente feliz viendo el cariño que me habéis mostrado. Gracias de corazón a todos. Que Dios os bendiga.

Foto: Francisco Santiago










Utilizamos cookies para realizar medición de la navegación de los usuarios. Si continuas navegando, consideramos que aceptas su uso.