Jubiloso pregón de García-Rayo en la Esperanza de Triana

Juan Manuel Labrador. Hondo, sentido, profundo, sincero y cercano, como es él. Así puede definirse el emotivo y trianero pregón que el periodista Víctor Manuel García-Rayo Luengo dedicó anoche en la capilla de los Marineros a la Esperanza de Triana y a su Hijo, el Cristo de las Tres Caídas, aún en besamano.

Fueron cuarenta minutos que supieron a poco, donde el pregonero no olvidó a nadie ni nada, ni siquiera el recuerdo al músico David Cotán, componente de la banda de cornetas y tambores de la corporación que falleció en accidente de tráfico, como igualmente tuvo palabras para los cofrades José Manuel Delgado, fiscal de la anterior junta de gobierno, y Álvaro Montaño, consiliario de la actual mesa de oficiales, que marcharon al cielo de Triana el pasado verano.

Con las intervenciones musicales de la Banda de Música Santa Ana de Dos Hermanas, sonaron en el acto "Soleá dame la mano", "Triana, tu Esperanza" y "Siempre la Esperanza", si bien García-Rayo entremezcló sus versos con las notas musicales, en unas ocasiones con marchas de la dolorosa, y en otras con cornetas, estando presentes algunos componentes de la de las Tres Caídas, entre ellos el benjamín de la casa de Víctor, al que dedicó las últimas palabras de su disertación una vez que ya había pronunciado las palabras "He dicho".

No faltaron sueños de madrugadas y mañanas de Viernes Santo, del año jubilar, restándole importancia a si sale o no en extraordinaria la Esperanza, porque Ella, y sólo Ella es lo verdaderamente importante.

En el acto, que alcanzaba ya su XXIX edición, actuó como presentador el pregonero del pasado año, Javier Ramírez, y concluyó con los himnos, tras los cuales el hermano mayor, Alfonso de Julios, entregó un presente al conocido periodista, quien además lució, como hermano que es, la medalla de la que es también su hermandad.

Fotos: Juan Manuel Labrador.