Suspendida la Semana Santa. Manuel Enríquez Becerra

Ya es seguro, la Semana Santa de Sevilla se suspende por la pandemia del coronavirus.

Es verdaderamente una pena que se suspendan las tradiciones, como en este caso la Semana Santa sevillana, por culpa de la maldita epidemia.

Todo el año esperando que este la primera en La Campana y anteriormente las cofradías de vísperas, para que llegue un dichoso virus y se suspenda todo.

Los puestos de trabajo que peligran, las reservas de hoteles que se suspenden, y los bares con todo comprado para que no se celebre la fiesta.

Y que dicen, que mientras más masificaciones haya, más propenso a coger el virus están las personas. Y la Semana Santa se presta a masificaciones de personas humanas, que ante un riesgo de coger el virus se suspende todo.

Pocos casos de estos hemos tenido en nuestra ciudad, y tenía que llegar el coronavirus para echar todo al garete.

Los sevillanos tienen un gran disgusto. Y es que no es para menos estar todo el año esperando para que se suspenda el salir los pasos de nuestras hermandades y cofradías a la calle.

Afecta bastante a la economía, pues si la cera no arde ahí se queda para otro año, que no se fabricaran velas.

Las floristerías lo mismo se les queda todo trucado. No venden la flor y se les queda colgada a secarse.

Todos los nazarenos se han gastado un dinero, en arreglar su traje de nazareno, y pagar su papeleta de sitio para después no salir en la cofradía.

Pero todo sea por el bien de la humanidad, que no mueran las personas por causa de un virus.

Primero está por encima de todo la vida humana, que las tradiciones se recuperan al año siguiente, que esperemos se haya ido del todo el virus.

Porque no creo que se quede con nosotros para siempre, ya habrá algún científico que saque algún fármaco para combatir la bacteria, que hay en la atmosfera.

Lo cierto es que la ciudad de Sevilla va a sufrir un varapalo con suspenderse su Semana Santa, fiesta por antonomasia querida por todos los sevillanos.

Y sobre todo lo de turistas que dejaran de venir a la ciudad que eso crearía riqueza en la economía y muchos puestos de trabajo que se pierden.

Esperemos que todo vuelva a su cauce y podamos seguir venerando la imagen del Señor del Gran Poder besándole su pié.

Manuel Enríquez Becerra.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo y Fco. Javier Montiel.