Hasta siempre Fray Carlos

Antonio Sánchez Carrasco. Bajaba la calle Guzmán el Bueno a la altura del Hogar de San José de la Montaña, cuando la Giralda empezó a sonar como no nos gusta oírla. Con esos hierros de muerte que suenan sus campanas cuando fallece alguien de  suma importancia en la archidiócesis. La mañana se había levantado con un tuit sobre la preocupante salud de Fray Carlos puesto por nuestro actual Arzobispo. Fernando me miró con la cara desencajada iba por el mismo sitio cuando las campanas le trajeron la muerte de San Juan Pablo II. Miramos las redes, efectivamente, Fray Carlos había partido a la casa del Padre eterno.

Se nos va a muchos sevillanos la cabeza visible de la iglesia que más años hemos visto como tal. Se va aquel franciscano alto y enjuto que llegó del norte de África para darle una vida nueva a la iglesia sevillana. Aquel Cardenal que teníamos el orgullo de sentir nuestro aunque hubiera nacido en la Castilla profunda. Aquel Pastor que nos llenó de orgullo al verlo en el cónclave de Roma.

Personalmente tuve la suerte de llevar sus letras sobre la Hermandad del Cerro en el libro que escribí sobre la Corporación de mi barrio. Se va el Pater que recibió al Cerro regalándole una cruz pectoral de San Juan Pablo II. Se va un Señor, no sólo de la Iglesia.

A esta hora se viene a mi memoria el hermano Pablo. Desde estas letras quería mandarle nuestro más sentido pésame. El pésame de un pueblo sevillano que sentía a aquel obispo alto y serio que tantos años llevó el timón de nuestra Fe. Duerma usted en la paz del Señor y tenga el descanso eterno.

Foto: Antonio Sánchez Carrasco.