Conventos y Hermandades: Relaciones. Séptima parte (y no hemos terminado). Reyes Pro Jiménez
En la historia de cada uno de los antiguos conventos sevillanos se repiten las consecuencias nefastas de los hechos del siglo XIX que hemos visto tantas veces: la Invasión Francesa de 1810 a 1812, las desamortizaciones de 1835 a 1837 y los episodios de una política muy mal entendida y peor ejecutada, de la que fue un ejemplo sobresaliente la Revolución de 1868. Todo esto lo padecieron los conventos y congregaciones religiosas, pero varios pudieron sobrevivir y han llegado a nuestros días, aunque en algunos de ellos está establecida una orden religiosa que no fue la fundadora del convento primitivo.
Repasaremos brevemente en este artículo conventos y sedes de órdenes religiosas en Sevilla en los que actualmente existe una comunidad activa y radican hermandades de penitencia: en algunos casos no son sedes canónicas de las hermandades que en ellos se fundaron o residieron antiguamente, pero hoy están establecidas otras que se trasladaron posteriormente.
LOS SALESIANOS
La congregación religiosa de los Salesianos de Don Bosco se encuentra en nuestra ciudad en el antiguo Convento de las Santas Justa y Rufina, de la orden de la Santísima Trinidad, o simplemente Convento de la Trinidad. Este convento se fundó por dicha orden en las afueras de Sevilla pero (como en otros ejemplos que hemos visto anteriormente) cerca de una de las puertas de su muralla, en este caso la Puerta del Sol. Es tradición que dicha fundación se propició por Fernando III, inmediatamente después de la conquista de la Ciudad, y está documentada la confirmación de las donaciones de terrenos y bienes por Alfonso X en 1253. Evidentemente la corona apoyaba a las órdenes religiosas que se ocupaban del rescate de cautivos de las guerras, como los Trinitarios. Esta fue la primera congregación dedicada a esta misión y una de las primeras órdenes religiosas no monásticas, siendo aprobada por el Papa a finales del siglo XII.
Iglesia de la Trinidad, de la congregación religiosa Salesianos de Don Bosco (SDB). Finales del XIX, fototeca Universidad de Sevilla.
Los Trinitarios rescataron miles de cautivos destacando como ejemplo uno de los mejores escritores españoles, Miguel de Cervantes. Al ser apresado por los turcos después de la batalla de Lepanto, permaneció en cautiverio en Argel hasta 1575, cuando fue rescatado por el trinitario Juan Gil. Este rescate es mencionado por Cervantes en varias de sus obras: en sus comedias «El trato de Argel», «Los baños de Argel» y «El gallardo español», en las novelas «Los trabajos de Persiles y Sigismunda» y dos de las Ejemplares («La española inglesa» y «El amante liberal») e incluso en «El Quijote» (Historia del cautivo).
La iglesia medieval de la Trinidad se arruinó a comienzos del siglo XVII, por lo que a partir de 1621 se construyó una nueva en cuyo diseño y obra intervinieron Miguel Zumárraga, Juan de Segarra y Andrés de Oviedo. Pero se conservaron imágenes anteriores que aún hoy continúan en la iglesia como una Piedad del siglo XVI, y un Cristo atado la columna, realizado por Juan Giralte en 1565, sobre el que luego volveremos. De comienzos del XVII se conserva un relieve de la Adoración de los pastores, obra de Diego López Bueno, que fue parte de un retablo. La iglesia y el convento se reformaron en el siglo XVIII, puede que tras el terremoto de 1755.
Piedad siglo XVI, y Cristo atado la columna de Juan Giralte 1565.
Después de la Desamortización se mantuvo el culto en la iglesia pero el convento se destinó a cuartel y a cárcel hasta su adquisición por el Arzobispado en 1875, instalándose en él el Seminario Menor de Santo Tomás de Aquino. En este seminario cursó estudios San Manuel González García y en su iglesia celebró su primera misa (su historia como niño seise y su posible relación con el abuelo ya la hemos contado en esta misma web hace un tiempo). Otro hecho relacionado con la santidad sevillana es que en el convento trabajó como cocinero Francisco Guerrero, el padre de Santa Ángela de la Cruz.
El Arzobispado de Sevilla ya había pensado en la congregación religiosa de Los Salesianos de Don Bosco (SDB) para que se instalaran en el antiguo convento de los Trinitarios, al que se trasladaron en 1892, instituyendo casa salesiana independiente de Utrera, donde estaban desde 1881. La iglesia de la Trinidad, que desde 1980 era “Santuario Diocesano”, fue declarada por el Papa en 2008 “Basílica Menor” de María Auxiliadora, siendo una de las cuatro que hoy tiene Sevilla.
Existe la antigua tradición de que en unas galerías subterráneas, que hay bajo el convento, estuvieron presas las mártires Santa Justa y Santa Rufina (figuraban en el título del convento), patronas de Sevilla. Hoy están bastante olvidadas, sobre todo en relación a dicho patronazgo, pero hasta tiempos modernos su devoción en Sevilla era muy popular. En la iglesia de la Trinidad tuvieron retablo y se conservaban reliquias de las santas, que se perdieron en la Invasión Francesa (cómo no) pero que en 1844 fueron localizadas en la Sacristía por el historiador Félix González de León.
Como ya vimos al hablar del convento de San Pablo, la Hermandad de las Cigarreras (del Cristo Atado a la Columna) se trasladó al convento de la Santísima Trinidad en 1578, teniendo se sede en él hasta 1589, cuando cambió la misma al citado Convento de San Pablo. A su llegada a la iglesia de la Trinidad dio culto al Cristo Atado a la Columna realizado por Juan Giralte en 1565, imagen que se encontraba en una capilla cuyo uso se cedió a la hermandad y por tanto no se llevó consigo al marchar al convento de San Pablo.
Actualmente tienen su sede en la iglesia de la Trinidad una corporación “de gloria”: la archicofradía de María Auxiliadora Coronada y la hermandad de penitencia de la Trinidad. En el siglo XVI un grupo de fieles, mayoritariamente hortelanos de la zona se constituyeron en hermandad cuyas reglas fueron aprobadas en 1558, esta hermandad se tituló del Sagrado Decreto de la Santísima Trinidad, Santo Cristo de las Cinco Llagas y Nuestra Señora de la Esperanza, quedando establecida en la iglesia del convento. En 1567, la comunidad de Trinitarios Calzados de Sevilla cedió a esta Hermandad un terreno para edificar una capilla propia, y a los cien años les entregó otra capilla en el templo que se unió a la anterior. Aunque a fines del XVIII la hermandad había decaído, se refundó a comienzos del XIX, pasando por todas las vicisitudes de esta centuria. Actualmente la hermandad tiene una gran relación con la orden de los Salesianos, por ello San Juan Bosco es actualmente uno de sus titulares.
LOS FRANCISCANOS
El convento de San Buenaventura de la orden de los franciscanos se levantó a comienzos del siglo XVII, no solo como convento sino también como colegio de formación de dicha orden religiosa. Tuvo bastante extensión, ocupando una zona limitada por la huerta del convento Casa Grande de San Francisco (que ya vimos), que comprendía buena parte de la actual Plaza Nueva, con límites en las calles Catalanes y Pajería (actualmente Carlos Cañal y Zaragoza) y levantando sus edificios también sobre la actual calle Madrid, que no se abrió hasta el derribo del convento en el siglo XIX.
Claustro del Convento de San Buenaventura, hoy integrado en un edificio de apartamentos y oficinas
El emplazamiento originario del convento fueron unas casas de la calle La Mar (hoy García Vinuesa), donadas por la dama Isabel de Siria, viuda de Andrés Casuche de origen corso, pero en 1605 se inician las obras en el definitivo, constando que intervino Diego López Bueno en 1622. Posteriormente fueron patronos del convento-colegio los padres de Miguel Mañara: Tomás Mañara de Leca y Jerónima Anfriano Vicentelo (sus armas se ven en las pechinas de la cúpula de la iglesia).
En el colegio los franciscanos estudiaban las Sagradas Escrituras y Teologia, pero también Filosofía y Lógica, materias estas que estaban abiertas a los seglares, de los reinos hispánicos (España y Portugal estaban unidas hasta 1640) y de toda Europa.
Después de la tan citada Desamortización, el convento tuvo uso militar como cuartel de artillería, pero a los pocos años se cede al Ayuntamiento para apertura de una calle, que sería la calle Madrid y para la construcción de inmuebles en los que se integraron el claustro principal y la escalera monumental. Estos elementos se respetaron en la construcción en 1992 del actual edificio de viviendas y oficinas por indicación de la Comisión Provincial de Patrimonio.
Se ha publicado que la iglesia de San Buenaventura tenía tres naves en el siglo XVII y que la actual tiene sólo dos debido al derribo de la nave del Evangelio para la apertura de la calle Madrid en 1863. Parece confirmado que la actual lateral (en el lado de la Epístola) responde a las reformas del siglo XIX cuando se edificó sobre un callejón al lado del templo primitivo, pero lo demás no está claro, pues Félix González de León, que vio la iglesia en la década de 1840, la describe como de una sola nave y capilla mayor. Por tanto, lo lógico es pensar que la iglesia era de planta de cajón de una sola nave como otras franciscanas, como se ha publicado en otros estudios más recientes a los que defienden el citado derribo de la nave del Evangelio. En 1881, los franciscanos adquirieron unas casas junto a la iglesia en la calle Carlos Cañal, inaugurando el nuevo convento en 1892. En el siglo XX se instaló el altar mayor del siglo XVIII procedente del convento franciscano de Osuna. En este altar se venera la imagen de la Virgen llamada “La Sevillana”, obra probable de Juan de Mesa modificada por Juan de Astorga, que presidia el altar mayor del cercano y derribado convento de San Francisco.
En la iglesia de San Buenaventura tiene su sede actualmente la hermandad de la Santa Cruz en el Monte Calvario, Cristo de la Salvación y Ntra. Sra. de la Soledad, conocida como la Soledad San Buenaventura, tiene su origen en la devoción a una Cruz que señalaba en la plaza del Caño Quebrado (hoy llamada de Montesión) uno de tantos enterramientos abiertos como consecuencia de la peste del año 1649, esto originó la hermandad que en 1656 aprueba las primeras Reglas. En el siglo XIX la hermandad pasa por el antiguo convento de Montesión, el de la Concepción, junto a San Juan de la Palma y esta misma iglesia parroquial, donde en 1847, adquieren carácter penitencial con la advocación de la Virgen de la Soledad y en 1849 se trasladan a la Iglesia de San Buenaventura.
LOS MERCEDARIOS
La actual iglesia de San Gregorio, Capellanía de la Orden de los Mercedarios en Sevilla, pertenecía antiguamente al Colegio San Gregorio. Este fue construido en 1592 por los Jesuitas para estudiantes seminaristas ingleses católicos y en el siglo XVII albergaría también a estudiantes irlandeses, hasta la expulsión de esta orden en 1767. Así, el antiguo colegio pasó a ser la sede de la “Regia Sociedad de Medicina y demás Ciencias de Sevilla”, antecesora de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla.
Torre actual de la iglesia de San Gregorio
En 1942 las instalaciones son ocupadas por la recién fundada Escuela de Estudios Hispano-Americanos que tenía como principal objetivo la investigación sobre historia de América. En 2022 el ministerio de Educación la ha integrado en el Instituto de Historia del CSIC con sus instalaciones y personal. Se constituyó como "centro universitario de trabajo" de carácter docente e investigador dependiente del CSIC y de la Universidad de Sevilla, de donde procedía la mayor parte de su personal dedicado a dichas tareas.
El altar mayor de la iglesia de San Gregorio a mediados del siglo XX
Los Mercedarios se hacen cargo de la iglesia de San Gregorio Magno en 1938 y en 1940 comenzaron las obras para construir un pequeño convento anexo a la misma, donde hasta la actualidad reside la comunidad. Esta comunidad da culto a una antigua imagen de Nuestra Madre y Señora de la Merced, procedente del convento de descalzos de Marchena, que es tradición pertenecía a la antigua Casa Grande de Sevilla, siendo de escuela barroca sevillana, posiblemente de la primera mitad del siglo XVIII pero el Niño es del siglo XX y añadido a la llegada al convento en la década de 1940.
La orden Mercedaria también originó órdenes terceras, existiendo una de ellas en la Casa Grande sevillana desde comienzos del siglo XVII hasta 1870 aproximadamente. En la década de 1950 tras el regreso de los religiosos mercedarios se reinstauró la Venerable Orden Tercera, actualmente Fraternidad Seglar Mercedaria.
Varias hermandades de penitencia de Sevilla incluyen en su heráldica corporativa el escudo mercedario, al haber tenido sus sedes en antiguos conventos de la orden, como Pasión, Museo y Santo Entierro (que tiene sede actual en este convento mercedario), o al mantener relaciones de advocación y devoción mercedarias, como Santa Genoveva y Jesús Despojado. Además, una hermandad de Gloria también ostenta el escudo mercedario.
La iglesia de San Gregorio es sede actual de la Hermandad del Santo Entierro, y lo fue también de las hermandades del Calvario (de 1908 hasta 1916) y la Lanzada (desde 1916 a 1932, pero salió desde San Gregorio hasta 1940), además El Amor, que radicaba en el antiguo convento del Dulce Nombre de Jesús desde 1870, salía desde San Gregorio hasta 1905 cuando se trasladó a la Parroquia de San Pedro.
La tradición atribuye al rey Fernando III la fundación de la Hermandad del Santo Entierro y está documentada su unión en el siglo XVI con la hermandad de la Virgen de Villaviciosa, que había sido fundada por comerciantes genoveses en el antiguo hospital gremial del Espíritu Santo de calle Colcheros (hoy Tetuán) y se trasladó por la desaparición del mismo en 1587 a la sede del Santo Entierro que era entonces el antiguo oratorio de las casas de Hernando Colon, y que a los pocos años sería parte del colegio mercedario de San Laureano. Después de traslados y las vicisitudes del siglo XIX la Hermandad del Santo Entierro se establece en San Gregorio en 1867, tras lo que la iglesia pasó llamarse del Santo Sepulcro y San Gregorio.
LOS CARMELITAS DESCALZOS
Otro convento que ha tenido relación con hermandades es el llamado del Santo Ángel de la Guarda, de la orden de carmelitas descalzos, que tuvo el título primitivo de Convento de Nuestra Señora de la Misericordia del Carmen y Ángel de la Guarda. Fue fundado en 1587 por San Juan de la Cruz, provisionalmente en la calle Rosario y al año siguiente los frailes se trasladan al edificio que había sido Hospital de la Santa Cruz de Jerusalén en la calle ancha de la Magdalena (que desde comienzos del XVII se llamó del Ángel y desde 1869 Rioja, por el poeta Francisco de Rioja), este hospital había sido suprimido por la reducción de establecimientos hospitalarios llevada a cabo en 1587. Los patronos del convento, el matrimonio de Martín Ruiz de Vernui y Beatriz de Montoya, no tuvieron descendientes por lo que entre los que heredaron el patronazgo estuvieron los oidores, alcaldes y fiscales de la Real Audiencia de Sevilla que por tanto podían encargar misas y funciones religiosas y ser enterrados en el templo como tales patronos. El convento contó con un noviciado que se convertiría en Colegio de Teología.
La iglesia del convento fue levantada entre 1603 y 1608, respondiendo al proyecto de Alonso de Vandelvira (que se aprecia sobre todo en las bóvedas) pero la portada principal se realizó en 1640 parece que por Pedro Sánchez Falconete.
Bóveda de la iglesia del Santo Ángel, fotografía. Reyes Pro
El convento pasó por los reiterados problemas de la invasión francesa, desamortización, etc. teniendo en el siglo XIX uso como cuartel, Sociedad de Jurisprudencia, Liceo Universitario y casa de vecinos. Además fue sede de la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País, que obtuvo la cesión por parte del Estado en 1845 de unos edificios que no estaban en buen estado por lo que en 1848 se construyeron algunos nuevos sobre terrenos del antiguo convento. Incluso existió el proyecto, que no se realizó, de abrir una calle entre las del Ángel (Rioja desde 1869) y Lombardos (Muñoz Olivé) .
Desde 1880 los carmelitas descalzos querían regresar al antiguo convento, lo que se autorizó por la Santa Sede y el Arzobispado de Sevilla en 1904; se realizaron varias reformas, entre las que destacaba la fachada de la calle Muñoz Olivé bajo proyecto de Aníbal González, que en 1972 presentaba un estado ruinoso. El resto de las edificaciones siguieron como sede de la Real Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País. En 1927 se cedió al Ateneo el salón de actos de la Sociedad Económica para celebrar varias conferencias y recitales de poesía que congregaron a los autores que formarían la generación del 27. Desde 1959 por cesión de dicha Sociedad se albergaron las instalaciones de la Biblioteca Pública Provincial de Sevilla, hasta 1972 cuando se tuvo que abandonar precipitadamente el edificio de la calle Rioja pues se iba a demoler después de su venta por la citada Sociedad. Esto ocasionó pérdidas de libros y material y que durante varios años Sevilla careciera de una Biblioteca Pública Provincial (parece que en Sevilla esta institución no acaba de tener buena suerte).
Uno de los patios del antiguo edificio de 1848 como sede de la Biblioteca Publica Provincial de Sevilla, fotografía. década de 1960
Efectivamente en el año 1972 se derribó gran parte de lo que había sido el antiguo convento y de las edificaciones del siglo XIX, construyéndose en el solar un pasaje comercial y viviendas; actualmente además de la Iglesia se conservan del siglo XVII la Sacristía y algunas dependencias formando parte del convento.
En el año 2016 se inauguraron el Museo y nuevas instalaciones para la Biblioteca del convento, que cuenta actualmente con magníficos ejemplares bibliográficos de fondos antiguos, algunos procedentes de las bibliotecas del Conde Duque de Olivares y de Vázquez de Leca; esta biblioteca era una de las mejores de Sevilla en el siglo XIX según González de León. El Museo y el templo del Santo Ángel conservan hoy un conjunto patrimonial muy valioso en pintura y escultura, a pesar de las pérdidas que ha sufrido sobre todo por la desamortización de 1835, pues se perdieron pinturas de Pacheco, Zurbarán y Rubens y tallas de Roldán, Montañés, Mesa y Ocampo.
Santísimo Cristo de los Desamparados. Fotografía: Fco Javier Montiel
En la iglesia del Santo Ángel se conserva una de las mejores obras de Martínez Montañés: el Santísimo Cristo de los Desamparados, que talló en 1617; lo que es un hecho afortunado no sólo para la Cultura y el Arte sino también para la devoción de la ciudad de Sevilla. Actualmente su grupo de fieles y la comunidad carmelita trabajan para constituir una agrupación que podría llegar (cumpliendo acciones de culto, formación y caridad, además de requisitos y plazos) a convertirse en hermandad de penitencia.
La Hermandad de la Lanzada durante varios años efectuó su estación de penitencia con el Cristo de los Desamparados, pues residió en el convento del Santo Ángel desde 1851 hasta su marcha en 1915 a la Parroquia de San Román; aún se mantiene su escudo en uno de los retablos de la iglesia. La Hermandad del Valle también tuvo su sede en el convento del Santo Ángel, en este caso desde 1892 hasta 1970, cuando se trasladó a la iglesia de la Anunciación. Anteriormente, en el siglo XIX había pasado por las parroquias de San Román y San Andrés hasta su llegada al convento del Santo Ángel.
Varias hermandades de penitencia sevillanas mantienen relación espiritual con los Carmelitas Descalzos y muestran en sus pasos y enseres escudos de esta orden: Macarena, Santo Entierro, Sagrada Cena, Sagrada Mortaja, Silencio, Estrella, Montserrat, etc. Además hay que destacar la estrecha relación con la Archicofradía del Carmen, fundada en el convento en 1588.
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(continuará… ya queda menos, paciencia)
Reyes Pro Jiménez
Historiadora y bibliotecaria