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'Jartura' de España. Carlos Colón. Diario de Sevilla


Qué cansancio, qué aburrimiento, qué jartura de España. Ya están otra vez la derecha clerical y el clero de derechas convirtiendo la visita del Papa en lo que no es; mezclando el culo laico con las témporas religiosas; sosteniendo que su modelo de familia o su moral son las mejores para todos –no sólo para ellos– y por ello pretendiendo que sean las únicas posibles; convirtiendo las cuestiones religiosas en políticas y las políticas en religiosas (¡Cañizares y Rouco como apóstoles de la unidad patria!); uniendo el más rancio casticismo católico al más hortera y consumista cristianismo de gran superficie (¡el Festival de la Canción Misionera organizado por Cristianos sin Fronteras!, ¡la "Rosa Papal" creada por la Agencia Española para la Promoción de Flores y Plantas que "podrá ser adquirida en las floristerías y centros de jardinería autorizados"!, ¡el kit del peregrino!, ¡la Feria de las Familias que parece organizada por Flanders el de los Simpson!, ¡el tapiz de flores que presenta al Papa bendiciendo a una familia vestida con el traje típico valenciano!); las carreras del PP para captar el voto católico y presentar al PSOE como "enemigo de la religión" y "destructor de la familia"; el culto a la personalidad y la exhibición de poder que en estos actos masivos enturbian los aspectos más testimoniales, íntimos, silenciosos, personales y comunitarios que hacen la cotidiana grandeza del cristianismo.

Qué cansancio, qué aburrimiento, qué jartura de España. Ya están, otra vez, los progres retestinados y la izquierda institucional convirtiendo la visita del Papa en lo que no es; mezclando el culo laico con las témporas laicistas que presentan el laicismo como una "religión de Estado"; sosteniendo que el modelo cristiano de familia es obsoleto, anticuado y represor, cuando a ellos no les concierne; criticando una Iglesia a la que no pertenecen e ignorando una realidad social –la de los millones de españoles que son católicos– dándole, no ya el mismo, sino mucho peor trato que a otros grupos minoritarios; uniendo el más rancio anticlericalismo al más estúpidamente posmoderno-consumista desprecio hacia la religión (como hacia todo lo que pueda impedir la destrucción de todo valor –educación, cultura reflexiva, libertad crítica– no reducible a mercancía); las carreras de los políticos del PSOE para disfrazar de progresista su política neoliberal dando patadas en las espinillas a la Iglesia; la grosera obsesión de los fundamentalistas del laicismo por ofender a los creyentes y profanar sus símbolos (sólo a los creyentes católicos, claro, que están más a mano y son más civilizados que otros).

Qué cansancio, qué aburrimiento y qué jartura de esta España –tal vez residual, pero tan ruidosa– que algunos siguen empeñados en reducir a dos contendientes enterrados hasta la cintura en sus prejuicios, dándose de garrotazos como los terribles luchadores de Goya.

www.diariodesevilla.com









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