Montero. Antonio Sánchez Carrasco
El pasado lunes se le entregó un premio a mi amigo José Luis, Montero para el mundo fotográfico y cofrade de esta Ciudad. Un premio a una fotografía y a una trayectoria para la que se agotan los adjetivos, porque el premiado tiene destreza y encima es un buen tipo. Conocí a José Luis en épocas de diapositivas y bicicletas para ir de besamanos en besamanos. Tiempos de serranitos en “La espero te esquina” o pinchitos en el “Salomón”, dependiendo de si Dani Villalba se recogía más tarde o más temprano. Tiempo de proyecciones en hermandades, de llegar tarde en los Panaderos con la iglesia de bote en bote y de medir las 36 diapositivas de tungsteno. Tiempos de algo que, al decirlo, sé que sólo dos personas lo entenderán, fin de año en Reyes Católicos.
El homenaje y el premio a un tipo que pasa desapercibido entre la muchedumbre y que termina haciendo una foto que anuncia con Su Eminencia, el inicio de la Semana Santa sin que se vea un nazareno. El premio a mi amigo José Luis, el reconocimiento a los que olvidados andamos por delante de los pasos, aunque muchas veces no se nos vea.
#OrgullodeAmigo
Foto: Alejandro del Castillo.