Provincia. Utrera se llenó de devoción gitana a su Virgen de la Esperanza

Manuel Pinto Montero. El pasado viernes 26 de septiembre quedará guardado en la memoria de las cientos de personas que acompañaron a la Virgen de la Esperanza en una gloriosa y extraordinaria procesión de apertura del II Congreso Nacional de Hermandades de Los Gitanos y la conmemoración del seiscientos aniversario de la llegada a España del pueblo gitano. Utrera se vistió de gala en la tarde que se convirtió en madrugá cuando la Virgen de la Esperanza asomó a las puertas del Templo de Santiago.

La Hermandad de Los Gitanos nos regalaba una estampa que en contadas ocasiones se repite, como es la de contemplar el palio de la Virgen gitana dorado por el sol de una tarde de otoño. Las campanas de Santiago la despedían mientras el cortejo, formado por varias Hermandades venidas de distintos rincones de España, avanzaba buscando la Plaza de Ximénez de Sandoval donde tendría lugar la Eucaristía de apertura del Congreso.

El sol quiso besar las mejillas de la dolorosa cuando cruzaba la calle Fuente Vieja o llegaba a la Plaza de Santa Ana. El castillo de Utrera se rendía ante tanta belleza cuando sus costaleros la llevaban a la Plaza junto al monumento de Fernanda y Bernarda. Un pequeño rodeo por Catalina de Perea y Virgen del Rocío devolvía a la Virgen de la Esperanza a la Plaza donde tendría lugar la sagrada Eucaristía presidida por don José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla, acompañado de distintos sacerdotes de la localidad y de la Pastoral gitana. Los cantos propios del pueblo gitano, con artistas locales, engrandecieron una ceremonia muy emotiva.

Nuestra Señora de la Esperanza, es obra del jerezano José Moreno Alonso del año 1953, aunque profundamente restaurada por Luis Álvarez Duarte en 1971. Para esta ocasión estrenó saya de tonos malvas realizada por Joaquín Salcedo. El bello palio de la Virgen de la Esperanza fue realizado por las hermanas bajo diseño de José Ramón Paleteiro. Destacó en la delantera el llamador del paso de Cristo que representa el monumento a Fernanda y Bernarda junto a la bandera del pueblo gitano. Magnífico fue el exorno floral de tonos rosáceos y fucsias.

A las nueve de la noche se inició la gloriosa procesión acompañada por los sones de la Vera Cruz de Utrera en la delantera y la Banda de las Nieves de Olivares tras la Santísima Virgen. Numerosos fieles la arroparon durante unas horas en su transitar por calles emblemáticas de Utrera y otras donde hacía años que no pasaba y que tiene una gran carga histórica para la Hermandad.

Su pueblo, el pueblo gitano, la acompañó como saben hacerlo en cada madrugá, con cantos y alabanzas en su honor como los que se pudieron escuchar por la calle Catalina de Perea o en la Plaza. Pétalos cayeron sobre su paso en la calle Perafán de Ribera mostrando la devoción de un pueblo a su Virgen de la Esperanza. Momentos muy bellos y emotivos se vivieron en calles como Eduardo Dato, López Días o la emblemática calle Nueva donde no cabía un alfiler. Los cantos, alabanzas y oraciones se mezclaron con lágrimas y sentimientos del pueblo de Utrera que por unas horas rezó cantando.

Utrera de nuevo se hizo mariana y quiso mostrarle a todos sus visitantes ese amor a María. Pueblos como Écija, Sevilla, Lebrija, Málaga, Ronda, Jerez, Córdoba, Palma del Río, Granada, Almuñécar, Santa Fe, Vera, Turre, Níjar, Calpe, Fregenal de la Sierra, Huesca, Santa Coloma de Gramenet, Tarragona o Madrid, conocieron ese amor a la Virgen de la Esperanza que el pueblo gitano de Utrera tiene como bandera de su fe cristiana.

TRASLADO A LA PLAZA XIMÉNEZ DE SANDOVAL

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