También Eduardo Marín Castro se merece una foto. Ángel León

En casi todas las hermandades, suele haber alguna persona de corazón entregado que, suelen desempeñar alguna labor de forma voluntaria y anónima que, suele y puede pasar inadvertida, pero no por eso dejan de ser necesarias y ni tan siquiera “salen en la foto”.

Ese es el caso de Eduardo Marín Castro que desde hace muchos años, comenzó en la Iglesia de Sta. Catalina, en uno de los “exilios obligados “ de la Hdad. Sacramental de los Gitanos, a cuidar las flores de los floreros y ramos que depositaban los devotos a los pies de Ntro. Padre Jesús de la Salud y María Stma. de las Angustias.

Primero lo hizo en la Capilla Sacramental que, estuvieron ocupando estas Sagradas Imágenes y después   en la capilla de la Hermandad de la Exaltación que, compartieron en un gesto de confraternidad durante algún tiempo.

Y Eduardo cuando la Hdad. de Los Gitanos, se trasladó a su nuevo templo, siguió haciendo esta labor y cada tarde día tras día acude de forma desinteresada a ocuparse de ir cuidando las flores, para que siempre estén en perfectas condiciones. En el quinario del pasado año, se le reconoció su labor y recibió un sencillo reconocimiento.

Y en la noche del viernes 17 de marzo, recibió la Medalla correspondiente a los 50 años como hermano. Y es que Eduardo Martín Castro, de 69 años, a pesar que la vida no le ha sonreído mucho últimamente, hace unos años enviudó y también perdió a una hija más tarde, se ha refugiado en esta labor silenciosa y también se ha merecido “salir en la foto” . Enhorabuena Eduardo y que te veamos muchos años más.

Fotos: Pedro J. Vargas