Opinión. Si no te quedas a mi lado íre contigo. Rocío Varela.

¡Ay mi Nazareno! ... si pudieses andar, en el Altozano estarías la tarde del 2 de Junio, con la caída del sol entre Tus manos y recogiendo con Tus ojos lágrimas negras de mantilla.

¡Ay mi Nazareno! … si Esos labios pronunciaran el nombre de Tu Madre, serías el primero en susurrarle al oído en voz bajita desde Tu Casa “Vuelve Pronto, que Me quedo vacío sin tu Cara de Niña”.

¡Ay mi Nazareno! … mis ojos quieren sentir cómo acaricias cada suspiro de María Santísima de La O al colocarle Tus dorados sentidos delante de Triana.

Nunca estarás Sólo. Antes de que salga la luna, Tu silueta se dibujará en cada ventanal que atraviesa el río, en todos los rincones del cielo azul mezclado con los volantes de aquélla flamenca, formando surcos redondos, inundando las calles de carey y plata para que Nuestra Madre pueda visitar su Barrio, su Triana, recordando en su llamador que el puente regala una visita a la Hermandad y no son los Nazarenos de cola, morados, los que van a su encuentro.

Además, aunque sólo camines cada Viernes Santo, el día 2 de Junio lo volverás a hacer en el corazón de todos aquellos que, por diversas razones, no puedan esforzarse debajo de Tu Virgen, de La Madre de todos sus Hermanos/as, por eso más de uno ha decidido ser el Angelito que recorra las calles de Triana detrás de su palio, siendo esta vez el Nazareno el que camine tras la Esperanza escondida en lo más alto de su corona.

Rocío Varela 

Foto: Francisco Santiago