El paraguas de la Encarnación. Abel González Canalejo

Arte Sacro. Para aquellos que aún no tienen muy claro como será el "Pregón del Costalero 2009" en la Hermandad de San Esteban,  para el cual se ha designado a Abel González Canalejo, a continuación le dejamos una de sus magistrales obras salida de este pregonero con mucho más que futuro.  

El Paráguas de la Encarnación 

Ya nos queda poco para ser testigos de una imagen inusitada: nuestras dolorosas que transitan por la Encarnación en el marco contemporáneo del nuevo Metrosol – Parasol.

Para unos, un horror. Para otros, una maravilla de la Técnica. (Por cierto, esto trae a mi memoria el apelativo de “Arquitectos del Primor e Ingenieros de la Gracia” que dio el más ilustre pregonero de Sevilla a nuestros priostes).

Confieso que a mí el Metrosol – Parasol me gusta. Lo que no me gusta es dónde se ha ubicado.

¿Habrán considerado nuestros urbanistas el efecto que se producirá cuando nuestros palios barrocos transiten en el marco de las setas gigantes?... Por supuesto que sí, lo que ocurre es que tienen otro punto de vista, otro gusto diferente…

… Una estética que conjuga la tradición de nuestras hermandades – de casi siete siglos – y de nuestras procesiones – de casi cinco – con la modernidad.

No se trata de renunciar a lo nuevo, sino más bien de hacer de Sevilla un crisol donde fundir la cera con el neón, el sublime “pescaíto” con las hamburguesas del Mac Donald´s, y las caídas de unas bambalinas con las setas de David el Gnomo a escala Gulliver.

Desde mi posición de cofrade raso, expreso que no es el marco adecuado y que tal mezcla es elevar el mal gusto al paroxismo.

¿Se imaginan por ejemplo el tránsito de María Stma. de la Amargura sobre semejante marco?

Siempre cupo entre el Cielo y tu Amargura,
la bóveda, azul, del Firmamento.
La tarde blanda, el ocaso, el tiempo
que da paso a la noche y su negrura.

Desde el techo de tu palio hasta la Altura,
el paisaje realzaba el movimiento
de tu andar, paso a paso, y el lamento
de tu mirada, alzada, y tu figura.

Hoy no llega a rozarte ni un momento
el Sol caliente, ni el rayo de su fragua,
ni el gélido hálito del viento.

Hoy no moja la lluvia tus enaguas,
que por algo este digno Ayuntamiento,
ha plantado en tu camino… un paraguas.