Puente de Barcas. la iglesia de San Juan de la Palma y sus leyendas. Jaime Passolas. La Razón.
Sevilla- Esta iglesia, popularmente denominada de la Palma, se encuentra bajo la advocación de San Juan Bautista, como se deduce del contenido de una lápida de cerámica que se encuentra situada en la puerta que está junto a la Epístola y que traducida al castellano dice lo siguiente :¿No surgió entre los nacidos de mujer, mayor que Juan el Bautista-Mateo XI?.
En el solar del templo se alzaba una antigua mezquita de la que no queda ningún tipo de restos y que, según se cuenta, fue mandada edificar por Abu-Al-Hoseyn esposa de Al-Mutamid 1 y madre de Arraxid, para que en la misma se practicaran actos religiosos.
Posteriormente, el Rey San Fernando ordenó la construcción de una iglesia, que se levantó en el S. XlV en estilo gótico/mudéjar y de la que prácticamente no existe nada, salvo el arranque de la tone y la cubierta de la Capilla Sacramental. Como todos los templos levantados en ese siglo y siguientes, la iglesia sufrió distintas modificaciones, siendo las más notables las que se llevaron a efecto en los siglos XVII y XVIII. Como obras de interés artístico existentes en la iglesia, se pueden resaltar la imagen de la Virgen de la Amargura acompañada por San Juan, por Benito Hita del Castillo, excepto el rostro de la Virgen que es anterior. Las esculturas de San Juan niño y del Niño Jesús, esculpidas por Francisco de Ribas, y la imagen del Cristo del Silencio en el desprecio de Herodes que es atribuida a Pedro Roldán. Del estilo de Lucas Valdés, aunque no está documentada, es una pintura que representa al pueblo de Israel recogiendo el maná.
En el templo está enterrado D. Juan Sánchez Maldonado, natural de Salamanca, graduado. en Derecho, que fue alguacil de Sevilla por la influencia del Conde de Niebla y que por la gracia del arzobispo de Sevilla, le fue permitido ser enterrado en la misma. También está enterrado en este templo Melchor Maldonado, en cuya losa se encuentra la siguiente inscripción: «aquí yace el ilustre caballero Melchor Maldonado Embaxador de Roma por los Reyes católicos. Es el enterramiento y capilla suya y de sus sucesores y antepasados. Falleció a tres de Noviembre de 1504».
Por último, en la iglesia se encuentra entronizada canónicamente la Hermandad de la Amargura, de la cual se trata al final de este capítulo. Cuenta esta leyenda que como consecuencia del gran número de herejías que existían en la Sevilla de aquella época, un fraile franciscano comentó durante una predicación en la iglesia de San Juan de la Palma, que en materia de fe, hasta las paredes tenían ojos y oídos. Escuchado esto por un hereje, se fue al cementerio que se encontraba situado junto a la iglesia y delante de una palma que existía a su entrada, comentó en voz alta «palma, la madre de Dios no quedó virgen después del parto». Al día siguiente de haberse manifestado esta herejía, se presentó ante el alguacil una persona anciana que denunció la frase que había salido de los labios del hereje.
Con la finalidad de investigar la denuncia, la autoridad se presentó en la casa del anciano para que ratificara la misma, no encontrándolo a él, pero sí a un joven que, por las señas que le dio la autoridad, identificó al denunciante como a su abuelo, pero añadiendo, ante la sorpresa de los alguaciles, que el mismo había fallecido hacía muchos años y que se encontraba enterrado en el cementerio de San Juan, junto a una gran palma. Ante esta manifestación del joven, los alguaciles detuvieron al hereje, que comentó, arrepentido, que se había producido el milagro de que hasta un muerto se había levantado de la tumba para denunciar la herejía.
Leyenda del mayordomo de la Hermandad de la Amargura. Refiere esta leyenda que el traslado de la Hermandad de la Amargura desde la iglesia de San Julián a la de San Juan de la Palma, se debió a que su mayordomo, llamado Pedro Millán, que era de oficio tabernero, celebraba las Juntas de la cofradía en la taberna, en medio de los toneles y demás enseres propios de un establecimiento como éste, lo que llegó a tal estado que se pudo ver en algunas ocasiones la imagen de Herodes, colocada encima de un tonel de vino. A pesar de la fuerte oposición del mayordomo/tabernero, al traslado de la Hermandad porque ello le perjudicaba económicamente, el cabildo general aprobó el mismo, y se encontró desde entonces la Hermandad establecida en el templo de San Juan de la Palma.