Aumenta el número de cernícalos en los tejados del Salvador pese a las obras. El Mundo
SEVILLA.— La colonia de cernícalos primilla ubicada en la iglesia colegial del Salvador ha experimentado un leve aumento en el número de parejas que han nidificado este año, unas 44, tras haberse compatibilizado las obras de restauración del templo con las medidas de conservación de esta ave protegida.
Tras autorizar en 2004 la Consejería de Medio Ambiente estos trabajos en las cubiertas del Salvador previa visita a la colonia y con las propuestas y medidas de protección acordadas, esta temporada han nidificado 44 parejas de primilla en los viejos huecos de las paredes de este monumento nacional sevillano, frente a las alrededor de 38 que criaron en 2003 y el pasado año. Miguel Angel Pineda, de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta, destacó que este «leve crecimiento» en las parejas reproductoras de esta especie, catalogada «de interés especial» y «vulnerable» no supone, en sí mismo, que sea algo «positivo ni negatiVo». En cambio, según este técnico de la Delegación de Medio Ambiente, estos datos sí avalan que, en cuanto a la protección del patrimonio natural, «se está actuando correctamente» en la restauración integral de esta iglesia, considerada una joya del barroco sevillano y que tuvo que cerrarse en marzo de 2003 por su mal estado.
Según Pineda, parece que han aumentado las parejas en el sector donde menos ha incidido la obra y han descendido ligeramente en la zona con más movimiento y ajetreo, lo cual es «normal». Con todo, la colonia de cernícalos primilla (falco naumanni) «se mantiene estable» en El Salvador y ha crecido levemente respecto a 2003 y 2004, dijo este técnico del departamento de flora y fauna de Medio Ambiente. Recalcó que «cualquier restauración incide negativamente en la especie» por la tranquilidad que precisa para anidar, al implicar maquinaria, obreros y molestias, «pero si se toman ciertas medidas y se hace correctamente no tiene por qué repercutir en la población», y en este ca so la Delegación ha «supervisado todas las actuaciones».
Por esta coordinación con la Delegación Episcopal del Salvador, el calendario de trabajo en cubiertas y cornisas se programó para respetar la reproducción tras volver las aves de Africa en febrero o marzo; se abrieron mechinales cegados antiguamente para ampliar los huecos disponibles —de 6,5 centímetros para que no quepan palomas—; o se tomaron medidas de camuflaje como pasillos o mallas para evitar molestias y el contacto visual de los cernícalos con los operarios. Para Pineda, «de momento esta restauración está siendo modélica al tener en cuenta tanto el patrimonio cultural como el natural, que muchas veces se deja de lado al acometer actuaciones en edificios», y pese a la incidencia intrínseca de estos procesosen la avifauna.