El Salvador ganará luminosidad y limpieza con su restauración. ABC Sevilla.
ABC. Sevilla. El proceso de restauración al que está siendo sometida la Iglesia del Salvador hará que este templo, el máximo exponente del barroco sevillano, gane en luminosidad gracias a la limpieza de sus paredes, arcos y bóvedas, que descubrirán su tono dorado original, y a la remodelación de sus vidrieras. El delegado episcopal para las obras del Salvador, Juan Garrido Mesa, detalló que las labores de limpieza de los arcos y bóvedas ya han comenzado y permiten comprobar, en la primera de las bóvedas cuya restauración ha culminado, el color originario de la piedra, que se había ennegrecido con el paso de los años.
El proceso de restauración y limpieza de las bóvedas del Salvador podrá ser observado de cerca por las personas que, a partir del 10 de septiembre, visiten las obras de este templo.
Para la próxima temporada, las visitas guiadas a las obras, que están siendo patrocinadas por la entidad financiera Caixa Galicia y que han superado las 20.000 en sus seis primeros meses, se verán modificadas, de modo que los ciudadanos comenzarán su recorrido bajando, por una nueva escalera, a la cripta del templo, tres metros por debajo de la cota de la iglesia, que es donde se encuentran los restos de la antigua mezquita hallada durante las excavaciones previas a las obras.
Posteriormente, podrán ver el arreglo de los arcos y de las bóvedas caminando por las pasarelas que ya se emplearon el invierno pasado y desde las que podrán contemplar también la próxima restauración del altar mayor, que comenzará en otoño por la limpieza de las pinturas murales que se encuentran en su cénit, oscurecidas por el humo de las velas, y que continuará, según las previsiones del delegado episcopal de las obras, bajo una lona transparente que permita a los ciudadanos seguir su desarrollo.
Una de las principales causas del deterioro del templo, en cuya restauración se van a invertirse un total de seis millones de euros, han sido las aguas que han aparecido bajo el templo, a cinco metros de profundidad, y que, según los primeros análisis, proceden de un brazo subterráneo del río Guadalquivir. Ya se han construido canalizaciones para llevar el agua hasta la red urbana de Emasesa, lo que será una realidad este mes.
El proceso de restauración y limpieza de las bóvedas podrá ser observado de cerca por las personas que, a partir del 10 de septiembre, visiten las obras de este templo