Hallan restos de la Hospedería Real del Monasterio de San Jerónimo. F.Villegas.Diario de Sevilla.
Felipe Villegas.Diario de Sevilla. El Monasterio de San Jerónimo de Buenavista sigue dando sorpresas. Si hace dos años los arqueólogos localizaron un par de criptas en su costado de levante a propósito del proyecto de rehabilitación para convertir parte del monumento en centro cívico, la nueva campaña emprendida ha arrojado nuevos y valiosos hallazgos.
El más llamativo lo componen los restos de un edificio de bastante entidad que los arqueólogos están aún analizando y que en sus hipótesis iniciales identifican como la antigua hospedería, edificio anejo al monasterio cuya sola construcción da idea de la notable relevancia social de que gozó el santuario jerónimo desde su fundación en 1414.
El hallazgo se localiza en la zona donde en los últimos años se ha dispuesto el ambigú, es decir, en las proximidades del valioso claustro renacentista, y los vestigios se concretan en algún muro seccionado a nivel de la cimentación y diversos restos de pavimentos. En un principio, incluso se barajó la posibilidad de que se tratase de la casa prioral, pero a medida que avanzan las investigaciones la balanza parece inclinarse del lado de la hospedería.
Y la noticia no es baladí, pues no se estaría ante una hospedería cualquiera, sino ante un lugar con mucha historia, la que le aportaron sus excelsos moradores. No en vano, fueron los primeros austrias los que impulsaron el apogeo del monasterio, situándolo entre los tres primeros de la ciudad, junto al de San Isidoro del Campo (también jerónimo) y el de la Cartuja. Y no es por menos que en la referida hospedería pernoctó la familia real en sus visitas a la ciudad, desde los Reyes Católicos hasta Felipe II o Carlos V, quien durmió en este lugar la víspera de la ceremonia nupcial en 1526, partiendo del cenobio el cortejo real al día siguiente hasta el lugar de los desposorios, el Alcázar. No sólo compartieron cama en este lugar los monarcas, sino también la alta jerarquía eclesiástica, todo lo cual perfila una hospedería de factura acorde con sus eventuales huéspedes.
Al margen de este descubrimiento, se han detectado, en la zona donde se está construyendo el inmueble de nuevo cuño que servirá de centro cívico al barrio de San Jerónimo, otras novedades arqueológicas. El equipo de Florentino Pozo y Elena Méndez ha identificado un tercer sótano inconcluso, es decir, a medio iniciar (se han topado sólo con los restos de una ventana-respiradero y una puerta con arcos de medio punto). Los indicios invitan a pensar que se proyectaba ejecutar una fresquera (lugar para conservar alimentos) y que por algún motivo se desechó el plan o se dejó para un momento posterior que nunca llegó.
Desde los años noventa, la Gerencia de Urbanismo ha venido desarrollando obras de rehabilitación en el monasterio acompañadas de campañas arqueológicas, las mismas que han permitido documentar la planta del conjunto monacal primitivo. Sin embargo, aún queda potencial por aflorar. Es el caso de los enterramientos jerónimos, que apenas se han investigado y que previsiblemente se localizan en los bajos del claustro. La única evidencia hasta la fecha la aportó, a fines de los ochenta, el osario aparecido de modo fortuito en una zanja, que sólo se constató pero no se llegó a investigar.
Igualmente restan por excavar las dependencias de uso agropecuario, como es el caso caso de las norias que poseía el huerto, molinos, cuadras, así como las dependencias del servicio auxiliar de los monjes.