Opinión: La Hermandad del Polígono y las molestias del Consejo. El Diputado de Cruces.
Parece, según cuenta la prensa especializada, que en el Consejo General andan molestos con las gestiones que está haciendo la Hermandad del Señor Cautivo y Rescatado y la Virgen del Rosario del Polígono de San Pablo ante el Ayuntamiento con vistas a su posible estación de penitencia a la catedral, tal y como han solicitado a Palacio. Y a algunos cofrades de a pie, que no somos hermanos de esta corporación, esta actitud del Consejo General nos resulta, por decir algo suave, chocante.
La Hermandad del Polígono lleva veinticinco años funcionando, primero como asociación y luego como Agrupación Parroquial, siempre colaborando con la pastoral de su parroquia, San Ignacio de Loyola, a plena satisfacción de los párrocos, creo que de la Orden Trinitaria, los cuales apoyaron en toda ocasión y con decisión la solicitud para ser erigida hermandad de penitencia. Además, ha mantenido con enorme dignidad los cultos a sus titulares, con gran participación y belleza. Los viacrucis cuaresmales del Señor Cautivo y Rescatado han sido seguidos siempre con mucha devoción y recogimiento por parte de fieles y devotos, proporcionándonos, a los que no somos del barrio, momentos de especial sabor cofradiero. Y las salidas procesionales han ido convirtiéndose año a año en cita obligada para todos. Incluso, cabe recordar, un año fue suspendida tal salida para ayudar a costear algunos gastos parroquiales.
Buenos, pues en todos estos años en que la Agrupación esperó con santa paciencia el decreto que la convertiría en hermandad de penitencia, sin levantar en ningún momento la voz, el Consejo General se mantuvo absolutamente al margen del asunto, pues, claro, todavía no era una hermandad "legal" a la que pudiera "representar", como recogen los estatutos, aunque yo pienso que una cosa es la letra de ley y otra muy distinta debiera ser su espíritu, especialmente desde el punto de vista de los valores cristianos. Por otra parte, nadie sabe, ni creo que se sepa jamás, si se pidió por parte de Palacio algún tipo de informe a la hora de preparar dicho decreto, como se ha hecho en otras ocasiones y, si existió tal informe, en qué términos se desarrolló. Lo que sí está claro es que cuando se constituyó la hermandad como tal, no se mostró ningún entusiamo, como hubiera sido de esperar, por la Calle San Gregorio (recuerdo que este diputado salió por primera vez a esta página escribiendo sobre su extrañeza porque las campana cofrades de Sevilla no repicaran de alegría ante la creación de esta hermandad y de la de Padre Pío, aunque, en el caso que nos ocupa y afortunadamente, repicaron en Roma).
Y, cuando la hermandad, a través de su Cabildo General, solicita hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, como ocurre en Sevilla desde hace cuatrocientos años, sin pretender en ningún momento y éste es un punto muy importante, hacer la carrera oficial, o sea y recalco, sin pasar por la "santa" Campana, ¿creen ustedes que el Consejo General se pone al frente para apoyar y defender esta solicitud de una de las hermandades que ahora sí representa y que, entre otras cosas, necesitaría de un cambio en las Normas Diocesanas y una mediación ante el Ayuntamiento para facilitar la organización? Pues no, todo lo contrario. Su presidente declara que “seguimos queriendo jugar demasiado con la Semana Santa, lo que puede traer otras consecuencias”, frase que puede interpretarse casi como una amenaza de no se sabe muy bien qué. ¿Y ahora se molestan si la hermandad hace las gestiones que, quizás, debieran ya estar haciendo ellos, con tiempo suficiente para tenerlo todo bien previsto? ¿Es que no se dan cuenta que esta es una forma muy hermosa que proporciona nuestra Semana Santa para integrar un poco más los barrios en Sevilla y que, en este caso, afortunadamente, es factible? De verdad, a mí esta actitud me resulta incomprensible.
Un amigo me ha dicho: "Diputado, eres muy ingenuo. Lo que pretenden desde el Polígono es ir metiéndose poco a poco para terminar por pasar por La Campana, como todos y pedir después las subvenciones". No lo sé. Sinceramente, creo que no, que la trayectoria de estos veinticinco años avala a la hermandad. En cualquier caso, prefiero ser ingenuo que estar siempre con la escopeta cargada y pensando sólo en los dineros de las sillas para obtener más subvenciones. Para mí, la Hermandad del Polígono ha abierto una ventana para que entre el aire fresco, recordándonos que, en Semana Santa, los cofrades salimos a la calle para hacer estación de penitencia con las imágenes de nuestra devoción a la Catedral de Sevilla, dando así testimonio público de nuestra fe y creencias. Y habría que darle las gracias por ello.
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