Crisis: Dos hermanos mayores dimitidos y adelanto electoral. Francisco Abuín. Diario de Jerez.
El mundo cofrade local atraviesa una etapa turbulenta con conflictos en cofradías de especial referencia, el último en El Cristo con la dimisión de toda su junta.
La convocatoria de elecciones ha sido la respuesta dada para buscar una salida lo menos traumática posible a las situaciones de crisis más llamativas que se han sucedido en los últimos meses, una solución que ha sido aplicada a tres hermandades cuyos conflictos internos apuntaban a un agravamiento cuyas consecuencias podían haber sido imprevisibles.
Tales han sido los casos de La Exaltación, Amargura y El Cristo, en esta última hermandad con una dictamen expreso del obispado de convocar elecciones para resolver un grave desequilibrio que lejos de ser aceptado, ha provocado la salida del hermano mayor y su junta de gobierno, una dimisión en bloque signo evidente del desacuerdo de Fernández-Gao de cómo se ha gestionado esta crisis desde la calle Eguiluz.
No cabe duda que el titular periodístico que ha dado la hermandad del Viernes Santo da una vuelta de tuerca más a la difícil situación que atraviesa el conjunto de las hermandades, ya que un conflicto de estas dimensiones en una hermandad de referencia llega a afectar a la globalidad, al menos en cuanto a la proyección externa de las cofradías. En cualquier caso lo que se vive por San Telmo viene a sumarse a lo sucedido en La Amargura que para mediados de noviembre debe de tener propuestas de candidatos para hermano mayor a no ser que finalmente se imponga una gestora. Los movimientos por la calle Medina, en cuanto a nombres, son incesantes por lo que cabe aventurar que para la fecha prevista deberá haber alternativas.
Del mismo modo, ya se ha abierto el proceso electoral en la hermandad de La Exaltación, cuyo dimitido hermano mayor fue obligado- aconsejado a dejar el cargo para apaciguar unas aguas que siguen con cierta marejada, ahora la habitual que acompaña un proceso de elecciones que viene provocado por una situación traumática y donde los posible candidatos o alternativas de gobierno se vigilan y fiscalizan al milímetro. Pese a todo, existe un dato que si no es evidente si es significativo, se ha preferido dar la oportunidad a las propias hermandades de resolver por sus medios las crisis antes de tomar el camino de la gestora impuesta por el prelado que a priori era la respuesta más adecuada en función de la profundidad de los conflictos, con tremendas divisiones internas absolutamente desestabilizadoras para la corporación y poniendo en peligro la continuidad de las mismas, al menos en los cauces normales por los que debe de caminar una asociación de corte católico y vinculada a la Iglesia. Sin embargo, la calle pide respuestas o que se defina el por qué de la espiral de conflictos que coinciden o se suceden. Existe una clara intención de no dar una excesiva importancia a todo esto y vincularlo a situaciones coyunturales que tienen o deben de tener unas soluciones inmediatas, al menos sobre el papel de los decretos.
En este panorama, algunos análisis apuntan a que la gestiòn de determinadas crisis en la calle Euiluz no ha sido la más acertada e incluso se muestran cierta sorpresa por las formas con que se está respondiendo. Pese a que claramente subyace una buena intención de ar oportundiades antes de tomar otras decisiones menos populares, las quejas mostradas por los dos hermanos mayores dimitidos dejan dudas sobre la ecuanimidad de las resoluciones finales. Y parece que las cosas pueden no quedarse en lo vivido hasta ahora. Cuentan que hay más en la mesa de la delegación.