Arte Sacro
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Plantean rescatar el color amarillo y ocre del Templete. Daniel Blanco. El Correo de Andalucía.


Arte Sacro. El Templete de la Cruz del Campo, que sobrevive a duras penas al paso de los siglos, la contaminación y el vandalismo, inaugura una nueva etapa. El ayuntamiento y Cruzcampo han conveniado ya su rehabilitación, queso iniciará en breve y que podría devolverle los colores de antatio: amarillo y ocre. Las obras arrancarán en 2006.

Cultura tendrá la última palabra en una de las propuestas más apasionantes de la rehabilitación del templete de la Cruz del Campo. En el proyecto que ha redactado Urbanismo se plantea la posibilidad de que este monumento sustituya su terminación actual de ladrillo visto por cal pigmentada, lo que le devolverla la imagen que tuvo hace ya cinco siglos. Así pues y si la Comisión de Patrímomo lo autoriza, el templete podría recuperar tras su rehabilitación -prevista para finales de 2006- los tonos amarillos y ocres de sus primeros años.

Aun así, esta recuperación del color no constituye una de las preocupaciones prioritarias de Urbanismo, ya que el templete de la Cruz del Campo arrastra desde hace ya cuatro siglos -muy poco después de su construcción, en 1482- una patología estructural que lo deja este monumento en un estado de inestabilidad preocupante y que obligó, hace ya muchos años, a atirantarlo. Las antiestéticas vigas de hierro que sustentan este conjunto tienen los días contados porque Urbanismo y Cruzcampo han conveniado ya la rehabilitación de este monumento, que arrancará el primer trimestre del año próximo y se extenderá durante los seis meses siguientes, lo que dejará la Cruz del Campo completamente renovada a finales de 2006.

Durante el tiempo que dure la actuación, el monumento estará cubierto por cuatro lonas que insinuarán la imagen final del templete. Tan adelantados van los trámites para rehabilitar este conjunto que Urbanismo ya ha redactado el proyecto final e incluso lo ha presupuestado -340.000 euros-, una cantidad que pagará, en su mayor parte, Cruzcampo.

El plan de mejoras sólo está a expensas de que consiga el visto bueno de la Comisión de Patrimonio de Cultura, cuyo dictamen podría conocerse a principios de año. Sin embargo, el fallo, estructural del templete no ha sido el único motivo que ha impulsado a la administración y a la Fundación Cruzcampo a aligerar su rehabilitación. La contaminación -procedente del tráfico rodado- y las intervenciones de las últimas décadas desnudaron el monumento sacando a la luz el ladrillo y exponiéndola aún más al deterioro ambiental. Además, el templete arrastra daños de notable importancia causados por el vandalismo -pintadas, sobre todo-, las hierbas que crecen en las fisuras y las palomas, que con sus excrementos han erosionado varias partes del monumento sevillano.

Esta ristra de deficiencias obliga a ejecutar unas mejoras que se centraran, sobre todo, en reforzar los cimientos del monumento: será sustituida toda la base del templete, que está completamente rajado por el peso de la columna y de la cruz. Se colocará, en su lugar, una piedra de mármol. Sólo se sustituirán los ladrillos y los elementos que estén inservibles y en un estado de deterioro tan avanzado que sea imposible recuperarlos. En este sentido, se revisará cada uno de los elementos de piedra, morteros de revestimiento y ladrillos vistos. Además, se eliminarán los parches de cemento.

El efecto de la Torre del Oro

Si Cultura no autoriza los colores para el templete, el monumento quedará con ladrillo visto, lo que motivará que los sevillanos tengan una percepción similar a la de la Torro del Oro tras su rehabilitación: parecerá de un color mucho más claro, más blanquecino.

Esta imagen se debe a que se eliminará la suciedad que durante siglos ha ido recubriendo el templete. El intenso tráfico que colapsa diariamente Luis Montoto y la Avenida de la Andalucia -uno de los principales accesos al centro de la ciudad- es el principal causante del desgasto de los materiales del templete.

La novedad: tendrá iluminación nocturna

Una vez que hayan terminado los trabajos de restauración, el templete de la Cruz del Campo podrá ser visto en todo su esplendor por las noches gracias a un completo sistema de iluminación, por dentro y por fuera, que se instalará en el monumento por primera véz en su historia.

Esta novedad dará relevancia al templete, ya que quedará iluminado como el resto de monumentos importantes de la ciudad: la Torre del Oro, la Catedral , el puente de Triana o la propia Giralda. La incorporación de las luces, que se encenderán cada noche, pondrá en valor este conjunto arquitectónico que quedó encerrado y casi escondido en la década de los 70 a causa de la construcción masiva de edificios en sus alrededores.

Por lo tanto, y según explicaron fuentes de Urbanismo, esta restauración busca, sobre todo, devolverle el "valor sentimental y patrimonial" que este templete ha tenido a lo largo de los siglos de historia de la ciudad. Este monumento, cuyas obras empezarán el próximo año y durarán alrededor de seis meses, estrenará su nueva imagen a finales de 2006. La intención del responsable del proyecto es poner en valor este enclave de Nervión y, al tiempo, que los ciudadanos puedan conocer al detalle este símbolo.

No en vano, la restauración y recuperación de este templete es una vieja reivindicación de los vecinos de la zona, quienes, con las asociaciones conservacionistas, se opusieron de forma rotunda al traslado hasta el Tamarguillo, una idea que finalmente fue desechada por las autoridades.

La cata arqueológica revela que se asienta sobre una divinidad romana 

Las últimas investigaciones arqueológicas han desvelado que el tradicional Templete de la Cruz del Campo se levanta sobre una cimentación de más de dos milenios de historia. Diversas son las transformaciones que ha experimentado este monumento a lo largo de su vasta existencia:

Los origenes. La hipótesis que defiende los arqueólogos se sustenta en que este templete fue construido sobre un monumento romano que estaba dedicado a alguna divinidad y que servia de protección para los caminantes que llegaba a la ciudad, ya que este punto constituía uno de los accesos más populares a Híspalis. Años más tarde y tras el desembarco del cristianismo en la ciudad, la nueva religión mantuvo intacto su simbolismo, aunque adaptándolo al nuevo credo.

Reyes Católicos. Ia imagen del templete, tal y como ha llegado a nuestros días, se remonta al siglo XV, en época de los Reyes Católicos y con la ciudad al mando de Diego de Merlo. Según las hipótesis, en 1482 se construyó sobre el antiguo templete romano, que fue previamente derruido en gran parte. Este templete se levanta en un lugar cargado de valores simbólicos. Se trató, durante siglos, de la vía de acceso más transitada y más importante de la ciudad: el camino de Alcalá. Además, justo en este punto emergían los Caños de Carmona, una coincidencia que proveía de agua al templete.

Siglo XVI. A principios del siglo XVI, se consolida otro hito fundamental para este monumento, que se integra, con más fuerza que nunca, en la vida de los sevillanos. Será en 1521, con Fadrique Enríquez Ribera como alcalde mayor de la ciudad, cuando este humilladero entra a forma parte del Vía Crucis que se instaura en Sevilla para emular el recorrido realizado por Jesucristo hasta el Calvario.

Zona lúdica. Más tarde, ya a las puertas del siglo XIX, los sevillanos le dan al templete un uso radicalmente opuesto y esta zona pasa a convertirse en un centro de carácter lúdico, tal y como corroboran numerosos grabados que han llegado hasta nuestros días.

El estrellato. Actualmente, es el monumento más reproducido de la ciudad gracias a la elección de una marca de cerveza, Cruzcampo, que decidió a principios del siglo pasado -en 1904- utilizar el templete como imagen comercial de la firma.

Año 2006. Comenzará la rehabilitación que le devolverá el esplendor. A finales de este año, se ¡naugurará la nueva imagen.

Los vecinos paralizaron su traslado a la Ronda del Tamarguillo

A pesar de que el templete de   la Cruz delCampo pasa desapercibido para la mayoría de los miles de conductores que diariamente circulan por la Avenida de Andalucía, los propios ciudadanos abanderaron un potente movimiento vecinal para impedir el traslado de este monumento a la Ronda del Tamarguillo, com sugirieron las administraciones en la década de los 90. Lo cierta es que los sevillanos, con el apoyó de las entidades conservacionistas, iniciaron una intensa campaña de protesta que duró varios años y que no cesó hasta que el ayuntamiento hispalense no dio marcha atrás al cambio de ubicación de este monumento. Los detractores de este traslado argumentaban que esta decisión terminaría con todo el simbolismo.

Lo vecinos que se muestran "plenamente satisfechos" por este anuncio de rehabilitación, comenzaron a pedir una rehabilitación de este monumento hace ya más de tres décadas. La restauración de este templete era una reivindicación histírica de los propios residentes, que denunciaban el estado de abandono y la dejadez de las administraciones en este asunto. Aun así, los vecinos se preguntan ahora si se tomará algún tipo de medidas para evitar los destrozos que infringe el tráfico y los excrementos de las palomas.

La Semana Santa hunde sus raíces en este monumento

En pleno siglo XVI, Fadrique Enríquez Ribera, -entonces al mando de la ciudad- instauró la costumbre del Vía Crucis, un recorrido para conmemorar la Pasión de Jesucristo que iba desde su palacio (llamado de los duques de Medinaceli) hasta el humilladero de la Cruz del Campo, que se había levantado casi medio siglo antes. Según decían, entre estos dos puntos hay la misma distancia -1.321 pasos, o lo que es lo mismo 997 metros- que separaba el pretorio de Pilatos del Monte del Calvario, de ahí que al palacio de Medinacelí se le conozca hoy como Casa de Pilatos.

Esta tradición, que enseguida se hizo con el fervor de la ciudadanía de la época, fue el germen de la Semana Santa actual, ya que se recorrían las calles de la ciudad para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Duró hasta 1873, aunque después los descendientes de Fadrique Enríquez Ribera intentaron, con escaso éxito, recuperarlo a mitad del siglo XX en 1957. Actualmente no se celebra.

De este modo, las 14 estaciones del Vía Cruda se Iban repartiendo desde la actual Casa de Pllatos hasta el templete de la Cruz del Campo. Así, hay azulejos recordatorios de esta tradición que se reparten en la calle San Esteban, Puerta Carmona, Luis Mantoto, la iglesia de San Benito y en el cruce con la avenida de la Barbolla, entré otros puntos.









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