Provincia. Histórica y triunfal procesión de la Virgen de Consolación de Utrera
Eduardo Fdez. López. 50 años se cumplían desde que en el mismo sitio y antetodo su pueblo, la Virgen de Consolación patrona de Utrera era coronada canónicamente, ese honor de ser una de las primeras imágenes marianas de la provincia en ser coronada bien merecía un año como el que el pueblo de Utrera esta viviendo junto a “la del barquito en la mano”.
Un Año Jubilar concedido por el Papa Francisco, el segundo en menos de una década y que ha vuelto a llevar a la Virgen de Consolación por los rincones de Utrera, rincones en forma de parques y conventos por unos barrios alejados del Santuario pero llenos también de ese amor y devoción que el pueblo de Utrera tiene a su patrona.
Tras un triduo itinerante por los conventos llegaba el esperado 1 de mayo, a las cinco de la tarde el paso de la Virgen de Consolación abandonaba la parroquia de Santa María, el principal templo de la localidad y donde la Virgen durmió tras el último día de triduo para dirigirse a la Plaza del Altozano donde tuvo lugar una Misa Pontifical presidida por Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla y quien ensalzó la realeza de María y admiró la gran devoción hacia la Virgen de Consolación, invitando a todos los presentes a tenerla en el centro de su corazón y de sus vidas.
Al finalizar la Eucaristía comenzaría una procesión que además de extraordinaria fue jubilosa, multitudinaria y llena de momentos que ya forman parte de la historia de la ciudad de Utrera, una ciudad cuyo cielo se tiñó en varias ocasiones de las tracas de cohetes valencianos cuyo momento culmen estuvo ya en la medianoche cuando la Virgen de Consolación llegaba a su Santuario.
Hasta la Avenida de San Juan Bosco acompañaron en el cortejo que antecedía al paso las representaciones de las hermandades, todas las de Utrera así como las sevillanas de la Sed y la Macarena.
No le faltó a la patrona de Utrera las calles engalanadas, las petaladas, los cantes y los vivas durante todo su recorrido y los sones musicales de la Asociación Musical Álvarez Quintero.
Para este día la Virgen lució el manto y saya del siglo XIX que llevó en 1964, una toca de sobremanto nueva y regalada por los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad así como el famoso barquito de oro y cristal de roca, detalles que recordaban aquella jornada del primero de mayo de hace 50 años, serán muchos los años que sigan pasando y muchos los fieles que a diario acudan a verla a su Santuario pero difícil será que el pueblo de Utrera olvide la histórica y extraordinaria jornada así como sus días previos del primero de mayo de 2014.
Fotos: Eduardo Fdez. López.