Provincia. Nuestro Padre Jesús Nazareno paseó por su pueblo de Marinaleda en el LXXV aniversario de su llegada

Manuel Pinto Montero. El pasado sábado, 27 de septiembre, el pueblo de Marinaleda acompañó a Nuestro Padre Jesús Nazareno durante la gloriosa y extraordinaria procesión conmemorativa del LXXV aniversario de la llegada de la imagen a este pueblo de la Sierra Sur sevillana.

En el año 1939 una hermana de la corporación solicitó las imágenes de Jesús Nazareno y de la Virgen de los Dolores del Convento de la Victoria de Estepa, ante el abandono del Templo y tras la destrucción de las imágenes de la Hermandad durante la Guerra Civil. Desde Estepa se le indicó que debía realizar la petición en el Arzobispado de Sevilla, el cual concedió las imágenes titulares actuales de la corporación. Esta hermana se encargó de confeccionar el primer ajuar de las imágenes.

Nuestro Padre Jesús Nazareno, según la tradición, puede datarse del año 1775, siendo restaurado en alguna ocasión a lo largo del siglo XX. Como muchas de las imágenes de Nazarenos de la Sierra Sur sevillana, Jesús Nazareno de Marinaleda posee cabello natural, siendo coronado con corona de espinas de metal dorado.

Aunque el cielo cubierto pareciera indicar que la gloriosa procesión no se podría celebrar las puertas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza se abrieron para dar inicio al Cortejo compuesto por numerosas Hermandades procedentes de pueblos cercanos. Nuestro Padre Jesús Nazareno procesionó sobre paso de madera con apliques dorados, alumbrado por cuatro faroles de metal dorado. A sus pies portó dos ángeles con pequeños incensarios. Los claveles rojos y las rosas blancas fueron el exorno floral del paso procesional. Para esta magna ocasión la imagen lució túnica blanca.

La Agrupación Musical de Paz y Caridad de Estepa acompañó tras el paso del Nazareno marinaleño que fue portado magistralmente por su cuadrilla de costaleros. La Hermandad realizó el mismo itinerario que realiza cada tarde de Viernes Santo, aunque en esta ocasión sin la bellísima dolorosa.  María Santísima de los Dolores, que llegó junto al Nazareno a este pueblo sevillano, se quedó  en el interior del Templo aguardando la llegada de Jesús Nazareno  ya en la madrugada del domingo.

Algunas gotas durante la procesión cayeron del cielo, pero esas gotas fueron lágrimas de emoción de aquellos hermanos que durante estos últimos setenta y cinco  años han estado  junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno en su pueblo de Marinaleda.

Fotos: Manuel Pinto Montero.