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3/09/2004- De Frente: La llave. Morales Bermudo.

Hace ya unos cuantos años (no me acuerdo exactamente cuántos, pero creo que unos diez), nuestro Cardenal promulgo unas normas diocesanas sobre hermandades y cofradías. Pese a su carácter “diocesano”, uno de sus artículos hacía referencia expresa a que a la Catedral sólo podían procesionar, en Semana Santa, 57 cofradías. Otros de sus artículos son sistemáticamente incumplidos. No se ha creado ningún órgano colegiado que agrupe a los directores espirituales, ni en muchas localidades con dos ó más hermandades existe consejo local, ni se exige acreditar el haber pasado un curso de formación para incorporarse a una candidatura a junta de gobierno de una hermandad. A la memoria se me vienen esos hechos, que junto a otros que seguramente acontezcan, vienen a significar el incumplimiento parcial de unas disposiciones que nacieron con una viva polémica por dos hechos, el de la incorporación de las mujeres a las procesiones (que no decía taxativamente las normas) y al que me referiré hoy, el del límite de cofradías que habrían de procesionar a la Catedral en Semana Santa.

Por entonces ya se había aprobado a una hermandad, la del Carmen Doloroso, además de la de Torreblanca, que por su lejanía física no se había planteado ni se ha planteado (de momento) la posibilidad de hacer estación a nuestro primer templo. Las normas parecían ir contra la nueva cofradía de Omnium Sanctorum y recuerdo como su entonces hermano mayor, José Manuel Rodríguez, era objeto de numerosas entrevistas en todos los medios.

La situación de entonces a ahora ha variado. Se han aprobado nuevas Hermandades “de Vísperas”, como cursilmente se las ha calificado: Corona, Divino Perdón, Valme y más recientemente las de Padre Pío y el Polígono. Pero a esto se ha venido a sumar dos hechos acaecidos esta misma semana. La Hermandad del Sol ha celebrado su primer culto en la Parroquia de San Diego de Alcalá y la del Polígono ha solicitado hacer estación de penitencia a la Catedral el Sábado de Pasión.

Particularmente me parece más trascendente, aunque parezca lo contrario, el primer hecho que el segundo. El obstáculo que existía para la incorporación de la Hermandad del Sol a la Semana Santa era, hasta ayer, la oposición del párroco. Fallecido el anterior responsable del templo, el designado por el Arzobispado, de momento, le permite a la hermandad celebrar sus cultos en el recinto sagrado. Es un gran avance. Si la animosa corporación del Plantinar consigue su anhelo y el párroco la acoge en su templo (me hablan de que existe proyecto de abrir una puerta en un lateral –justo donde fue instalada la carpa este año para la salida de la Virgen–), el impedimiento para considerar como de Penitencia a esta Cofradía habrá desaparecido y ésta podría incorporarse a la nómina de la Semana Santa en la jornada del Sábado Santo, tal y como sus hermanos tenían solicitado en su momento cuando sorpresivamente se le aprobaron las Reglas como corporación letífica.

Puede ser el Sol la llave que abra la cifra cerrada de las 57 cofradías que vayan a la Catedral en Semana Santa, algo que, si la cofradía del Polígono consigue hacer el Sábado de Pasión ya el año que viene demostrará que no es descabellado realizarse. En la recámara quedarán Padre Pío (algunos hermanos mantienen que la cofradía tiene capacidad para llegar a la Catedral), el Carmen Doloroso y la posibilidad de que la Corona modifique su forma de procesionar, incorporando nazarenos y realizando el paso que tienen proyectado. Nos encontraríamos con, al menos, cuatro o cinco nuevas cofradías en Semana Santa, puesto que otras que optarían, como las de Heliópolis, las dos de Bellavista y la de Torreblanca, parecen físicamente más lejanas, aunque tendrían la opción de un traslado en Cuaresma a un templo más cercano.

El problema de todo esto es ¿dónde encajarían todas estas cofradías? Lo de que todas salgan el Sábado Santo sería la solución a priori más fácil, pero tendría sus inconvenientes, primero porque al ser la jornada más “cómoda” para las cofradías, las que ya salen no querrían perder el privilegio de los tiempos de paso que, en proporción a sus número de nazarenos, les posibilita no tener que apretar a éstos como ocurre el resto de los días.

Aun cabiendo la posibilidad de que así sucediera con alguna (la del Sol es la candidata más clara), al resto o bien se reparte entre los pocos días que restan (no cuento ni el saturado Domingo de Ramos, ni el Jueves y Viernes Santo, limitados por los horarios de los oficios), esto es, de Lunes a Miércoles Santos, o bien habría que crear la Segunda Madrugá ¿qué día? Para mí lo aconsejable sería la del Sábado Santo, para entendernos, entre el Viernes Santo y el Sábado, ya que las otras opción sería la del Jueves, pero ese día es cuando las cofradías precendentes, las del Miércoles, entran más tarde (ninguna antes de la medianoche), mientras el Viernes alguna sí lo hace antes.

Todo esto, lógicamente, son sólo elucubraciones de un cofrade de a pie, que se siente en el derecho y el deber de opinar, pero que percibe como esta semana puede haberse abierto la cerradura del futuro de muchas cofradías.
 

 

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Foto Cabecera: Archivo Serrano - © Arte Sacro 2004