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Provincia. San Juan de Aznalfarache volvió a contemplar en la calle a su Patrona, Nuestra Señora de la Paz, después de tres años


Manuel Pinto Montero. La Hermandad Sacramental de San Juan Bautista de la localidad de San Juan de Aznalfarache cumpliendo con sus Reglas celebró, en el presente mes de enero, los solemnes cultos en honor de Nuestra Señora de la Paz, Patrona de la localidad, culminando con la gloriosa procesión de la Santísima Virgen en la mañana de ayer. Esta gloriosa procesión se celebra cada tres años y recorre las calles principales del Barrio Bajo y Alto de la localidad sanjuanera.

A las once de la mañana numerosos vecinos aguardaban ante el Templo Parroquial de San Juan Bautista la salida de la Patrona en un año especial para la corporación al conmemorarse el 275 Aniversario Fundacional. Por este motivo la procesión trienal, que se viene celebrando desde el año 2000, tuvo algunos cambios respecto a otros años, destacando el paso procesional donde la Virgen de la Paz paseó por las calles de su pueblo. La Hermandad de la Estrella de Palomares del Río ha cedido su paso para la gloriosa procesión regalando estampas inéditas.

Las Hermandades de la localidad acompañaron a la Patrona que recorría las calles del Barrio Bajo donde el sol quiso reflejarse en su rostro. Las antiguas murallas se asomaban para contemplar a la Santísima Virgen que buscaba la calle Real mientras la espadaña de la Capilla del Rosario la llamaba con el repicar de su campana. A los sones de la Banda Municipal de Coria del Río la Virgen de la Paz quedó frente a la venerada Virgen del Rosario rezándose la Salve ante dos de las imágenes marianas más antiguas de la localidad.

Con paso lento la Virgen de la Paz subía la calle Antonio Machado buscando la estrechez del Callejón del Aire. Gran trabajo el de los costaleros que salvaron el arco de la portada del antiguo Convento de San Cayetano y llevaron con mimo, a las órdenes de los capataces, a la Virgen de la Paz mientras los candelabros se fundían con la calle.

Para esta ocasión Nuestra Señora de la Paz, obra anónima del siglo XVI, lució saya blanca bordada y manto rojo de brocado. Sobre sus sienes portó corona de plata mientras que con sus manos sostenía al divino Infante que lució túnica blanca.

Pasado el medio día la Virgen de la Paz llegaba al Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache antes de buscar el Barrio Alto sanjuanero. Con las primeras horas de la tarde llegaba de nuevo a la Parroquia de San Juan Bautista donde cada día recibe los rezos de su pueblo y aguardará la llegada de enero de 2021 para volver a procesional con motivo de su Festividad.

Fotos: Manuel Pinto Montero. 










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