Pata de pollo, Patrimonio humano y otras aves. Antonio Sánchez Carrasco

Debía de ser por el miércoles de Feria, de la actual, que es como el viernes de la de antes, más o menos, cuando me llamaron de PTV televisión para una entrevista sobre la Feria y mi libro que versa sobre Ella. Mientras terminaban de grabar a otros invitados. Me acerque a la caseta donde mora la que fue Reina de las Madrugadas de Feria durante casi dos décadas,  ahora que está tan de moda ser Rey y Reina en todo lo sevillano. La Pata de Pollo en un oratorio portátil y el azulejo que en el suelo lanza vivas de cerámica a su paso. Aún sin estar preparada para su procesión claustral, esa que pasó sin pasar.

El estilismo era más o menos el mismo que cuando paseaba en el Real casi dormitante,  que no el etilismo,  el miércoles iba llegando al mediodía y yo sólo llevaba una cerveza para el cuerpo y recuerdo haberla visto en su tiempo a la amanecida, con un ron con naranja que te abría mejor los shakras pateros. Recordé aquellas mañanas viendo pasar la Pata y como se cuidaba el patrimonio humano entonces, sobre todo en la barra y antes de salir. Aquellos preparativos casi clandestinos, tratando de no ser vistos por el gran público, a diferencia del CNI de ahora que sale en el telediario como si se hablara de la hoja del lunes. Era un tiempo de más naturalidad. Un tiempo en el que lo sacro y lo profano se entremezclaban con lo lúdico y lo alcohólico como nexos de unión de una madrugada mitad de ensueño, mitad surrealista.

En el camino al destino patero, pasé cerca de la ubicación  de uno de los vídeos virales de este año, aquel en el que tres porteros de color, de color negro, reparten más tortas que Inés Rosales, a dos ciudadanos modélicos que entendieron mal el  noble arte de "soy el del hielo". Pero ahora tenemos unas hermosas redes sociales que dirigen el juicio social. La Peña er 77 hubiera sido viral cada año y con esas redes la procesión de la Pata de Pollo hubiera durado un año. Los animalistas habrían analizado el origen de la Pata, inventándose alguna historia sobre su procedencia, como la de el caballo que se murió el primer día de Feria , por ejemplo que fue la Pata de un gallo que sufrió bullying en el gallinero, total en estos tiempos, que la ética nunca te estropee la estética.

Habría un video de los priostes de la Pata robando la silla de enea que hacía de paso, colgado en #Papagorda22, muchos pondrían el foco en que con la previsión de chubascos la Pata debió de hacer un Vía crucis interno y no salir, por cuidar el Patrimonio de la Cofradía y el humano. Y los habría que señalarian  a los participantes, por ser parte de una procesión tan peculiar y ser miembros de Cofradías y Hermandades, porque está Ciudad es así y con las redes como ventilador de excrecencias ya ni te cuento.

Los anti alcohol y los anti fumar criticarían  los blandones delanteros hechos de botella de Manzanilla y don Julián del 7 que es el que cabe en el gollete de la botella y así podría seguir por el camino tortuoso de la Sevilla profunda. La que te nombra a Nuñez de Herrera y San Onofre en menos tiempo del que Ernesto de Hannover se bebe un leñazo. Yo tuve la suerte de vivir sus últimas procesiones, cuando no existía ni WhatsApp,  y cuando para contar algo enseñabas la foto y lo contabas de viva voz. No, ahora que hay que procesionar lo más oculto posible para que no te crucifiquen.

Porque no es preciso que te alaben,

Bella perla del Real

Pues de principio a final

Pata más borracha no cabe.

Yo que te he visto en la calle

Al esconderse la luna

Patas mejores habrá

Pero como tu, ninguna.

#LosLunesalSol

Fotos: Antonio Sánchez Carrasco.