LIPASAM instala ceniceros en el Casco Histórico

Sevilla Información. LIPASAM, la empresa de Limpieza Pública del Ayuntamiento de Sevilla, ha iniciado una experiencia piloto que consiste en instalar ceniceros permanentes con forma de cigarrillo junto a edificios de la ciudad con una importante afluencia de personas. En una primera fase se van a colocar 30 unidades y posteriormente se estudiará y valorará la ubicación de otros por el resto de la ciudad.

La ubicación de los ceniceros ha comenzado por la Calle Tetuán, Plaza Nueva, Sierpes, Plaza San Francisco, Campana, Plaza del Duque, Plaza de la Magdalena, San Pablo, Rioja con Velázquez, Bilbao, Almirantazgo, Tomás Ibarra, Avenida de la Constitución, Prado de San Sebastián y El Jobo.

En Sevilla se consumen diariamente cerca de 350.000 cigarrillos. La nicotina y el alquitrán de una sola colilla puede contaminar hasta 50 litros de agua y tardar entre tres y cuatro años en biodegradarse. Las que se arrojan al suelo también causan contaminación debido a su envoltura, rellenos de la hoja y empaquetado, que son tóxicos para la salud y medio ambiente. Parte de boquillas se han encontrado en los estómagos de  pájaros. Igualmente están al alcance de los niños los cuales también pueden tratar de comerlas.

Por otra parte el viento y la lluvia llevan el extremo del cigarrillo a las alcantarillas, donde los productos químicos tóxicos que se encuentran en el filtro del cigarrillo amenazan la calidad del agua y de muchas formas de vida acuáticas.

Lipasam, en su esfuerzo continuo para prestar servicios de calidad respetando el Medio Ambiente Urbano, ha invertido 5.027 euros en  la adquisición de los ceniceros. La colocación de los mismos complementa la campaña de mentalización que ya se realizó al entrar en vigor la Ley Antitabaco y que consistió en visitar los Edificios de las Distintas Administraciones Públicas, así como los Centros Comerciales y Empresas con mayor número de trabajadores, en las que se solicitó la colaboración de los fumadores. Se distribuyeron gratuitamente 20.000 ceniceros portátiles que llevaban el lema “Fumamos pero no ensuciamos”.

El modelo de cenicero permanente en la vía pública que se va a probar ahora, tiene forma de cigarrillo y se asocia rápidamente por su aspecto con la función para la que ha sido diseñado.

Se trata de llamar la atención de los fumadores sobre el problema que representan las numerosas colillas que son arrojadas al suelo en la vía publica, durante las pausas que los trabajadores realizan para fumar, a lo largo de su jornada laboral, o por otro lado, de aquellas personas que las tiran al suelo antes de entrar a una oficina, un establecimiento comercial, una entidad bancaria, etc. Por este motivo los ceniceros urbanos son importantes para mantener las calles limpias de colillas. Este modelo es metálico, no se puede quemar, y puede acoplarse a un poste. La parte superior presenta un embudo con una boca de entrada para las colillas evitando que se puedan introducir otro tipo de residuos con facilidad. La estructura metálica es extremadamente robusta y dotada de dos anclajes soldados al poste.