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Sagrario: Mañana del Dios de la Misercordia. Juan Manuel Bermúdez Requena


 La Dominica in albis volvió a citarnos en la Parroquia de San Clemente, Sagrario de la Santa Iglesia Catedral, donde la Archicofradía nos invitaba en este Quinientos Aniversario fundacional, a cumplir con el alto honor para el cual fue precisamente fundada: acompañar a Jesús Sacramentado cuando sale a a visitar a los enfermos de la collación.

Cuando el centro de la ciudad estaba aún desperezándose, entraban los niños carráncanos por la puerta del Perdón para buscar sus opas, casquetes dorados y hachas con cera roja, mientras hacía lo mismo los acólitos de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores (El Cerro), que llegaban desde su barrio para ejercer su ministerio en tan solemne acto y lugar, por quinto año consecutivo.

A las diez comenzó la Misa presidida por el Párroco Don Adolfo Petit, con homilía a cargo del concelebrante Teodoro Falcón, canónigo SIC Sevilla.

Pasadas las diez y media comenzaba a salir el cortejo, en el que formaban parte las representaciones corporativas de las distintas Hermandades de la feligresía.

  

La nube de incienso que provocaban los dos turiferarios arrodillados ante la puerta del templo, y el Himno nacional interpretado por la Banda de música El Arrabal (Carmona), indicaban la Presencia del Señor de Señores por las calles de su collación, para confortar a los que sufren; este año, por mor del calendario y los distintos eventos que en los alrededores tendrían lugar tiempo después, únicamente se visitaron cuatro domicilios, siendo uno de los momentos de mayor belleza el recorrido por el Patio de Banderas.

En la escolta honorífica tras el palio, formaron el Cabildo Catedral, dos representantes del Ejército de Tierra, y la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, acompañados por el hermano Enrique Osborne.

  

En 1511, Doña Teresa Enríquez fundó esta Cofradía del Santísimo Sacramento, para que sus hermanos acompañaran al sacerdote a administrar la Sagrada Comunión a los feligreses enfermos e impedidos de la collación. Ayer domingo, 500 años después, la Archicofradía honró a su instituto fundacional, y su historia, que es la propia historia de la Ciudad. Esperemos que por muchos años más, desde las instancias oportunas, eclesiásticas y seculares, no sólo se conserve esta secular tradición, sino que además se fomente. Para mayor Gloria de Jesús Sacramentando.

Dedicado a Samuel Fernández Santizo, Prioste de cera.

Fotos: Juan Alberto García Acevedo. 










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