La II Meteoruta volvió a enseñarnos las entrañas del tiempo en Sevilla

Francisco Santiago. Por segundo año consecutivo la Hermandad de la Sagrada Lanzada nos llevó de la mano de Antonio Rodríguez, historiador e investigador en fenomenología climática y miembro de la Asociación Meteorológica Española, por las mil y una historias que relacionan la ciudad con la meteorología.

Todo comenzaba dándonos a conocer que este mismo sábado se esperaba una lluvia de estrellas que se podrían ver en varias franjas horarias, siendo la primera entre las 18:00 y 21:00, con más intensidad y una posterior sobre las 22:00 horas, aunque ambas sometidas a la luminosidad tanto artificial como de la Luna.

Nos enseñó como muchos elementos de la ciudad están doblados por diversos fenómenos relacionados con el viento, caso de árboles o veletas, caso de la de San Martín. Conocimos como Sevilla llegó a tener en pleno centro histórico hasta 8 hectáreas de conventos y como entre ellos estaba el franciscano de San Pedro de Alcántara, terreno hoy ocupado por el Instituto San Isidoro.

Conocimos como dicho Santo, llamado realmente Juan de Garavito, biógrafo de la propia Santa Teresa, es a su vez Patrón de los Serenos, trabajo ya desaparecido en nuestros días pero de vital importancia hasta los años 70 del pasado siglo XX.

De ellos surge la famosa frase "caer chuzos de punta", pues los chuzos eran las partes metálicas en las que terminaban sus bastones y que utilizaban de arma defensiva. También conocimos que la frase que decían para indicar la hora "las tres en punto y sereno", viene de indicar que hacía buena noche.

Igualmente conocimos como en 1582 hubo 12 días en que nada ocurrió y ni siquiera están reflejados en ningún sitio, debido al cambio del calendario del juliano al gregoriano, ocurrido el 4 de octubre de dicho año, día concreto de la muerte de Santa Teresa y que, igualmente, se caracterizó por una tremenda tormenta.

Sevilla tiene cada cierto tiempo importantes terremotos, que vienen a ocurrir cada 220 años aproximadamente. Para evitarlos, el arquitecto del hospital Universitario de la Macarena lo hizo de la forma que tiene, con la base al estilo de los Magnolios y ficus, árboles que por su tipo de raíz logran permanecer erguidos a pesar de los vientos y terremotos.

Igualmente el primer indicio de un gran terremoto en Sevilla estaba descrito en árabe en una placa que había en el Patio de los Naranjos del Salvador, donde narraba el ocurrido en el año 1079.

También nos dio a conocer como la ciudad estaba dividida en Cuarteles, Barrios y Manzanas y que eran las campanas de las 29 parroquias las que avisaban a la población de los incendios, al principio por varios toques de distintos templos (6 para la zona de San Martín, San Andres, San Juan de la Palma y San Pedro) y posteriormente una para indicar la primera (Santa Ana) y 29 para la última (San Vicente).

Nos indicó como la situacion geográfica de Sevilla la sitúan geográficamente entre el Atlántico y el Meditarráneo, lo que hace que dependiendo de si hace levante o poniente, podamos dirigirnos hacia Huelva o Málaga para estar fresco.

También nos indicó cómo algunas iglesias están construidas sobre el nivel del terreno para evitar las inundaciones, caso de la de San Jorge de la Santa Caridad.

También conocimos como los rayos han cambiado la fisonomía de muchas iglesias y hasta de la Giralda, pues uno que impacto contra la torre en 1884, derribó toda la balaustrada superior de la torre, colocándose en 1885 el primer pararrayos.

También conocimos como en el templo de la Anunciación estaba la estación meteorológica que medía la temperatura en Sevilla, concretamente junto a la lámpara de la techumbre, o como la construcción de las actuales setas se ha realizado para captar el mayor espacio de sombra... Aunque esto es ya otra historia.

Fotos: Francisco Santiago