La lluvia no deslució una Jornada de Puertas Abiertas innovadora y masiva

Arte Sacro. El Seminario de Sevilla vivió el pasado viernes 28 una Jornada de Puertas Abiertas para el recuerdo. Varios cientos de personas de todos los puntos de la provincia –en un número superior a años anteriores– no se quisieron perder, a pesar de la lluvia, el intenso programa de actividades que los seminaristas y formadores habían preparado para dar a conocer cómo es la vida de los futuros sacerdotes y el testimonio de su vocación.

Cerca de las 5 de la tarde comenzaron a llegar numerosos grupos de personas dispuestos a participar en la Jornada. Minutos antes de la hora prevista –las 5 y media– se abrieron las puertas para dar paso a las visitas por el Seminario: se pudo conocer el comedor, las capillas, las habitaciones, la biblioteca, y cómo es el día a día de los seminaristas. Hubo grupos llegados en autobús desde Cazalla de la Sierra, Écija o Lora del Río. Estuvieron presentes El Viso del Alcor, Mairena del Aljarafe, Utrera, Osuna, La Puebla de Cazalla, La Rinconada, parroquias y grupos juveniles y universitarios de Sevilla capital, etc. A los que visitaban el edificio de la calle Tarfia por primera vez les sorprendió la alegría y la espontaneidad que se vive en él.

Otros acuden a la cita año tras año. A estos les gustó especialmente las novedades que la Jornada de Puertas Abiertas ofrecía en esta ocasión. En primer lugar, la exposición titulada "La alegría de la vocación", en la que se exhibieron objetos personales de los beatos Marcelo Spínola y Manuel González –algunos traídos incluso desde Madrid–, vinculados con el Seminario. También se pudieron contemplar solideos de los Papas León XIII, Pío XII y Francisco –Bergoglio donó su solideo al Seminario de Sevilla el pasado 24 de noviembre tras una Misa en el Vaticano–, además de un recorrido por los distintos obispos que se han formado en el Seminario.

En segundo lugar, pasadas las seis de la tarde, comenzó un festival –amenizado por dos jóvenes de la Pastoral Universitaria–, que se trasladó al salón de Actos del Centro de Estudios Teológicos por la lluvia. En él se intercalaron las actuaciones de coros de la Archidiócesis con los testimonios vocacionales de un matrimonio, una religiosa y un sacerdote. Participaron el grupo "Contigo al Sur", el coro parroquial "Nuestra Señora de las Flores", la familia González Moreira y el coro de la Hermandad del Rocío de Utrera "Pastora y Reina", que trajo sones rocieros al Seminario.

Durante toda la tarde se sirvió una merienda y hubo actividades para los más pequeños –acudieron más de cien niños–. Hubo un concurso con juegos –con premios para los ganadores–, talleres de manualidades de pintura de camisetas y un cuentacuentos vocacional –a cargo de Luis García Inurria– que entusiasmó también a los mayores. Además, se montó un photocall para que todos los grupos pudieran tener un recuerdo de su paso por el Seminario.

Al finalizar el festival se proyectó un vídeo-mensaje del Arzobispo, que animó a los asistentes a que se pregunten por la vocación a la que Dios los llama: "A los jóvenes que participan en esta Jornada de Puertas Abiertas les pido que se interroguen qué es lo que el Señor quiere que hagan con sus vidas. No hay mayor alegría, realización personal, que cuando uno ofrece al Señor su vida al servicio de la Iglesia, al servicio del anuncio del Evangelio y al servicio de sus hermanos".

Pasadas las 8 de la tarde comenzó una vigilia vocacional en la capilla mayor, presidida por el rector del Seminario, Miguel Ángel Núñez y que contó con la participación del coro "Nuestra Señora de las Flores". Hubo exposición del Santísimo con cantos y lecturas del texto del Papa Francisco y del Evangelio, en un ambiente de intenso recogimiento y oración.

Cuando concluyó la vigilia se puso fin a la Jornada de Puertas Abiertas de 2014 y a la campaña vocacional que el Seminario ha llevado a cabo en el mes de marzo. Con el lema "La alegría de anunciar el Evangelio", ha servido para dar a conocer la grandeza de llamada de la vocación al sacerdocio y, como afirmó D. Juan José en su mensaje, que "el Señor que sigue llamando y que nuestros niños y jóvenes no son menos generosos que en el pasado".