Arte Sacro
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Amargura – Amor de Alcalá. Nuria Barrera


Y de la nada… surgió el color. En este caso el color rojo. Para inundar con su fuerza este óleo, para darle sentido a esta obra,…tal y como sucede al brotar del costado de la Imagen del Santísimo Cristo del Amor.

Una imagen de Cristo que vigila desde su madero, desde su serenidad, desde la sencillez de sus clavos todos los recovecos, todos los rezos, todas las sombras que desprende la luz de esta bendita ciudad de Alcalá de Guadaira.

El mismo color rojo lo podemos encontrar sirviendo como fondo para acunar la pena, la tristeza y las lágrimas de la talla de María Santísima de la Amargura,… en este caso de perfil, destacando en Ella las tres lágrimas que recogen su rostro de pureza.

En el centro… el color blanco, el color de sus hermanos, el color de sus devotos que buscan el anonimato de su antifaz cada Jueves Santo saliendo de la Iglesia de San Sebastián.

Y en una cruceta de palabras, se puede leer la palabra que mejor os puede definir a lo largo de estos 75 años… HERMANDAD; y a su vez podemos ver cómo el Amor se inscribe dentro de la Amargura…, o podemos interpretar cómo la Amargura se alimenta del aliento del mismo Amor.

Quizás el Amor pueda llegar a convertirse en la locura más Amarga… o quizás la Amargura pueda llegar a convertirse en esa locura que por amor pueda acelerar los latidos de nuestro corazón.

Antes de que mis palabras de presentación finalicen me gustaría dar las gracias a esta Junta de Gobierno por la confianza depositada en mis pinceles para plasmar estos 75 años, este hito que sin duda quedará marcado con letras de oro en la historia de la Hermandad.

Y para terminar me gustaría compartir con todos vosotros el último pensamiento que surcó por mi mente antes de firmar esta obra…

Amargura acuna penas
que le cruzan la mirada
dardos de muerte lanzadas
entre clavos de condena.

Y quisiera ser cadena
unir amor y blancura
perderse entre las costuras
de este valle de Esperanza
anclándose a su confianza
todo un pozo de dulzuras.

Amargura acuna aromas
con sabores a Sevilla
surcando bajo la arcilla
del vuelo de mil palomas
firmando sobre diplomas
amores que son mortales
recuerdos entre puñales
y miradas dolorosas
que empeñan la más jugosa
de las miradas cabales.

Amargura acuna sueños
entre sus manos de Madre
consolando a nuestro Padre
siendo de mis noches dueño.

De mis rezos pedigüeños
de mis heridas calmante
de mis huellas vigilantes
y de mi alma sufridora
que envuelvo como pintora
bajo pinceles amantes.










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